Propuestas constitucionales - Núm. 325, Marzo 2021 - Revista Libertad y Desarrollo - Libros y Revistas - VLEX 861620267

Propuestas constitucionales

AutorNatalia González
CargoDirectora de Asuntos Jurídicos y Legislativos de LyD
Páginas9-10
libertad y desarrollo | lyd.org libertad y desarrollo | lyd.org
Tal y como he expresado en otros
medios de comunicación, el desafío
constitucional que enfrenta nuestro
país, conforme la ciudadanía así lo deci-
dió en el plebiscito de octubre de 2020,
debe ser abordado con la mayor serie-
dad y sentido de responsabilidad. La
tarea está lejos de ser sencilla, más aún,
si se considera que la discusión constitu-
cional se dará en un contexto de pande-
mia, además de producirse en un año
electoral, en el que será inevitable -aun
cuando no deseable- que los planos
de las discusiones se mezclen. En este
sentido cabe recordar una y otra vez
que la Constitución no es un programa
de gobierno, ni tampoco un conjunto de
políticas públicas. Tener eso presente
es muy relevante, pues distintos gobier-
nos y sus diversos programas políticos
deben poder convivir bajo el alero de lo
que será la eventual nueva Carta Funda-
mental.
No obstante las dificultades anteriores,
a mi juicio, la tarea es por sobre todo
compleja porque la discusión constitu-
cional se dará en un momento en que
la sociedad parece haber relativizado
el valor de las reglas y normalizado,
lamentablemente, la violencia como
instrumento de acción política. En efec-
to, en el último tiempo se aprecia en
Chile un preocupante desprecio por
las normas y su contribución a la esta-
bilidad, el progreso y el bienestar de la
población. En vez, la sociedad chilena
pareciera haber reemplazado, desafor-
tunadamente, esa necesaria convicción
por lo que lo cada uno -o determinadas
mayorías- estima como justo o injusto,
tolerando incluso la violencia en aras
de esas sensaciones individuales de
justicia. Pero lo cierto es que no hay
justicia posible sin reglas y sin paz. De
ahí la importancia de las reglas y de la
sana convivencia, de su respeto y de la
valoración que la sociedad otorgue al
Estado de Derecho.
Los individuos y las sociedades que
ellos conforman para alcanzar sus fines
requieren de normas, por todos conoci-
das, preferentemente simples y estables
en el tiempo, así como de la convicción
de adherir a esas regulaciones y de que
los conflictos han de resolverse por los
mecanismos que la democracia provee.
Las reglas e institucionalidad así conce-
bidas permiten predecir las consecuen-
cias de nuestros actos y saber a qué
atenernos. Esto es lo que llamamos
certeza jurídica y constituye una condi-
ción ineludible que habilita la vida en
común. Ahora bien, ese conjunto de
reglas no debe aspirar a imponernos a
todos un solo fin uniforme, ni menos un
solo medio para alcanzarlo, sino más
bien todo lo contrario, esto es, permi-
tir que pueda expresarse la diversidad
de fines que persiguen las personas y
organizaciones y que, para conseguir-
los, puedan recurrir a una amplia gama
de medios, diversos y lícitos.
Sin perjuicio de las múltiples interrogan-
tes que abre el proceso constitucional y
el momento en el que lo llevaremos a
cabo, y en el entendido que es un hecho
de la causa, esperamos (y trabajaremos
en lo que nos compete para que así
LA COLUMNA DE
9
PROPUESTAS
CONSTITUCIONALES
La columna de | Natalia González | Directora de Asuntos Jurídicos y Legislativos de LyD

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