Prohibición de llevar laptops en vuelo engrosa lista de regulaciones que agobian a pasajeros - 10 de Junio de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 682424453

Prohibición de llevar laptops en vuelo engrosa lista de regulaciones que agobian a pasajeros

Pero esa mañana el mundo cambió. Y con la industria aérea como protagonista involuntaria del horror que se vivió en Nueva York y Washington, el nuevo orden remeció sus cimientos e introdujo profundos cambios que llegaron hasta el pasajero.

Si hasta 2001 los aeropuertos chequeaban en promedio a 350 personas por hora, en 2011 ese número había descendido a solo 149, por el reforzamiento de los controles de seguridad.

Pero, al mismo tiempo, en la década que transcurrió entre ambas fechas el tráfico aéreo mundial se incrementó en mil millones de personas, totalizando 2.800 millones de pasajeros al año. Y la presión sobre la cadena de comercialización se convirtió en una pesada carga para líneas aéreas, terminales y pasajeros. Porque si bien viajar en avión nunca ha sido más seguro que ahora, nunca antes había sido más engorroso y molesto.

Largas filas, palmaditas en todo el cuerpo, sacarse prendas de vestir y un constante abrir y cerrar de maletas y equipaje de mano son parte del tedio que soportan los 11 millones de agobiados viajeros -y sus 20 millones de maletas- que cada día son sometidos a dichos controles en los cinco continentes. "Desde el 11-S vivimos en un mundo diferente, y la aviación ha incrementado la necesidad de generar algunas molestias a los pasajeros y costos adicionales a la industria", dijo el vicepresidente de Seguridad de la Asociación Internacional de Trasporte Aéreo (IATA), Gilberto López, a "El Mercurio".

Amenazas y respuestas

A fines de la década de 1960, una seguidilla de aviones secuestrados comenzó a minar la inocencia con la que hasta entonces se manejaba la industria aérea. La respuesta fue el estreno, en 1973, de los detectores de metales en los aeropuertos estadounidenses. En 1988, la explosión de una bomba en un Boeing 747 de Pan Am sobre Lockerbie, Escocia, reforzó el proceso de identificación de equipaje.

Pero no se comparan con los cambios que siguieron al 11-S. Detectores de armas y explosivos, capaces de analizar la composición química de los objetos, nuevas máquinas de rayos X y escáneres corporales que no dejaban ningún rincón de la anatomía a la imaginación de los agentes, aumentaron el espacio ocupado por las salas de chequeo en los terminales.

Ya no se podía abordar portando objetos afilados. Tampoco aerosoles ni geles. Nunca más se pudo visitar la cabina de mando. Y hasta los pasajeros de las clases superiores debieron empezar a cortar su comida con cuchillos de plástico por un tiempo.

Aunque medidas...

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