El poeta de la cocina - 10 de Noviembre de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 586660922

El poeta de la cocina

Como apasionada de la cocina, y manteniéndome siempre al corriente en temas de gastronomía, surgía de cuando en cuando el nombre de Beck desde alguna página o pantalla que me hacía recordar ese hotel y ese restaurante. Pero no fue hasta hace poco tiempo que, pasando mi cumpleaños en Roma, mi muy querida Mamma Bea, quien no deja de festejarme con su deliciosa cocina, me dijo: 'Yo ya no salgo; aquí tienes dinero; ve y cómprate en mi nombre el regalo que prefieras'. Fue así como dirigí mis pasos a "Gusto", un lugar fascinante que fusiona bar y restaurante con tienda de artículos de cocina, más librería en torno al mismo tema. En la sección de libros comencé a intrusear. Y allí lo encontré: "L'ingrediente segreto", de Heinz Beck. "La filosofía y las pasiones de un gran maestro del gusto", decía la tapa. Y eso, precisamente, es la médula del libro: filosofia, pasión, y -agrego yo- poesía.

Me encantó el libro. Así como me encantó, también, Beck: su delicadeza y sabiduría, tanto como su escritura y estilo. Un buen libro, pienso, debe reflejar el alma de quien lo ha escrito, o no es tal. ¿Recetas? Había poquísimas. Este, repito, es un escrito de filosofía, pasión y amor por la cocina.

"Siempre me he esforzado por dar vida a algo (una creación) que nadie hubiera propuesto aún", escribe. "Cuando tal novedad se convierte en usual (común), la abandono. Apenas algo se vuelve mecánico y deja de estimularnos, hay que archivarlo; de otro modo envejece, se marchita y no produce emoción alguna. La ausencia de emoción equivale a la ausencia de placer, y la falta de este último significa ausencia de gusto; ya no existe más energía en el hacer, el crear. En mi vocabulario, esto significa que es el momento de detenerse. Entonces hay que poseer el coraje de volcarlo todo y recomenzar. Estoy convencido de que sentarse a admirar satisfechos el propio trabajo equivale a renunciar a la propia creatividad; es como si se dejara de pensar en el futuro". Más adelante, agrega: "La creatividad se entrena y se nutre. No puede estar a la espera de un evento, sino que es el pan cotidiano, la atención que otorgamos a lo que hacemos".

Presten atención, chefs de Chile, pienso al leer a este chef de rigor teutónico, indispensable cuando se dirige una cocina que jamás cede en calidad pero se acompaña de una gran sensibilidad.

En un caluroso día en Roma, me reúno con dos amigas para almorzar en Gusto. Y no tarda mucho en venir a mi mente la compra del libro de Heinz Beck. Lo menciono, y una de ellas me dice: 'Connie, tengo el numero del Cavalieri; ¿por qué no lo llamas?'.

Se trata de una oportunidad que no hay que perder. Al rato...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR