Un pícaro en armas - 24 de Febrero de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 768607785

Un pícaro en armas

El caso del general Fuente-Alba va mucho, muchísimo, más allá de una ambición doméstica, de una simple crónica de arribismo, picaresca y ambición.Si fuera eso, carecería de verdadero interés público.El real problema que plantea este caso, y lo que lo hace digno de interés y aconseja el escrutinio de la ciudadanía, es que a juzgar por las declaraciones del general, la suya fue una conducta relativamente pautada (si bien con más modestia y contención) al interior de la corporación militar, una de esas rutinas que poco a poco van torciendo el espíritu de la ley hasta hacer olvidar su letra y transformarla en simple disfraz, en algo prescindible que no es necesario tomarse en serio. Porque, ¿en qué lugar del Estado, y con cargo a rentas generales, se dispone en el propio domicilio de mayordomo, servicio doméstico, cocineros, chofer, jardinero y, siquiera en parte, pago del supermercado?Y es que lo que revela este caso es que la función de comandante en jefe estaba, en los hechos, concebida no como una función o un trabajo, sino como una dignidad, un sucedáneo de título de nobleza que, por el tiempo que duraba, autorizaba, sin control alguno, a emplear los recursos públicos como un patrimonio privado del que se podía hacer uso y empleo bajo cualquier pretexto. Sí, es verdad, el general Fuente-Alba -cuya conducta desmiente lo que su apellido anuncia- llevó las cosas a un extremo que arriesga hacer de él más que un militar, un simple pícaro; alguien que en vez de pensar estrategias, ocupaba su tiempo en imaginar viajes, revisar catálogos de lujos, y elaborar argucias y trampas para gastar un dinero que no le pertenecía; pero, así y todo, la suya no es una conducta que en el fondo sea puramente idiosincrásica, personal, el resultado de una simple ambición casi patológica de raíz individual. Su conducta es la exageración de otra que se ha tolerado por mucho tiempo y que ejecutaron otros comandantes en jefe, y que consiste en concebir el cargo como una dignidad que lleva consigo, como en los viejos tiempos feudales, el derecho a tomar para sí un impuesto y a contar con una servidumbre destinada a su servicio.Por eso no es correcto equiparar este caso al caso MOP Gate. Este último fue también reprochable, desde luego, pero allí no se reveló lo que en este: una cierta concepción de un cargo del Estado como un usufructo sucesivo del que podía disponer quien ejercía la Comandancia en Jefe.Así, lo que este caso muestra con elocuencia, vale la pena...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR