Mi película favorita de la Segunda Guerra Mundial
Es por Pina, ametrallada en la calle y frente a sus vecinos, mientras su hijo monaguillo se abalanza sobre su madre tibia.
Es por el comunista Manfredi, que muere entre alaridos por la tortura, ya sin uñas y el soplete y el odio.
Es por Don Pietro, cura con sotana arremangada, sentado y amarrado sobre una silla y de espaldas al pelotón, cuyos integrantes al disparar esquivan el blanco, solo para que el oficial desenfunde y lo mate.
Es por los niños que brotan por la ciudad, que miran, se acurrucan, aprenden y lloran. Niños lisiados y otros con bototos, huérfanos de piernas flacas y desnudas, cubiertos con ropas pesadas y sucias que les quedan grandes.
Es una película que anuncia y propaga una sola nueva: el futuro debería ser mejor porque existen los niños.
Y si vuelve a pasar y cae otra guerra, la respuesta debería ser la misma. "Roma, ciudad abierta" es una película y también una oración: siempre habrá niños.
Antonio Martínez, crítico revista Wikén.
Ascanio Cavallo: "Los nuevos pavores de Rossellini"Un bombardero despega desde San Francisco a Hawaii el 6 de diciembre de 1941, un día antes de que Japón lance su devastador ataque sobre la marina de EE.UU. A partir de ese momento, el avión y el grupo que lo tripula deben recorrer las bases del Pacífico, mientras son diezmados bajo el fuego enemigo. Es "Air force" (1943), una obra maestra de Howard Hawks, que enfrenta la materialidad de la guerra con los valores de los individuos, acaso la más extraordinaria cinta de ese período.
"Los desnudos y los muertos" (1958), de Raoul Walsh, es un desesperado retrato de la degradación de los soldados en los feroces combates del Pacífico, con una crudeza moral que casi no se viera antes ni después en las películas sobre la guerra.
Por fin, en "Alemania, año cero" (1948), otro maestro, Roberto Rossellini, nos anuncia, a través de un niño que se desplaza por un Berlín reducido a ruinas, los nuevos pavores que lega a la humanidad el conflicto más extenso del siglo XX.
Ascanio Cavallo, crítico de revista Sábado.
Héctor Soto: "El sacrificio de los que mueren"Sobre la Segunda Guerra Mundial se han filmado muchos grandes espectáculos, no siempre triunfales, pero a la hora de elegir una sola película -con toda la subjetividad y los sesgos que esto comporta- creo que me quedo con "They were expendable" (1945), titulada en español "Todos fuimos sacrificados" o "No eran imprescindibles", que es una película chica, modesta, conmovedora y muy bien contada...
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