'Al ser parte de un país que tiene un riesgo mayor, las tasas de interés son más altas, y eso sí puede afectar en el encarecimiento del crédito a personas, pymes y empresas'
Claudio Melandri no parece el típico presidente de banco. No usa colleras, su camisa no tiene bordadas las iniciales de su nombre, del bolsillo frontal de su chaqueta no brota un pañuelo de seda. "Para mí, eso no es importante; para mí son importantes mi familia, los amigos, mi trabajo, pero usar colleras, relojes muy caros, no va conmigo", responde sentado en su oficina en el piso 20 del Banco Santander, donde desde marzo preside la entidad de capitales españoles y es el country head de la operación en Chile.La historia misma de Melandri, contador auditor de la Universidad Tecnológica Metropolitana (Utem) y MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez, 54 años, casado, 3 hijos, tampoco es de las más tradicionales. "Nací en Recoleta, a los 3 años nos fuimos a vivir a Ñuñoa, donde viví hasta que me casé, mi papá era hijo de inmigrantes italianos, invirtió lo que podía en educarnos, en un muy buen colegio de curas, y luego en la Escuela Naval", relata.Sus inicios en el mundo financiero comenzaron cuando en 1986 entró a hacer la práctica en auditoría interna en el extinto Banco Concepción. Como se quería casar, y con el trabajo en auditoría no le alcanzaba, pidió un cambio y empezó como ejecutivo comercial en una sucursal. Pero ya venía en camino Constanza, su primera hija, y el sueldo no alcanzaba. Vio un aviso en el diario del Banco Santander como ejecutivo de cuentas, postuló y quedó. Eso le permitió, además, comprarse el primer auto.Y de ahí su carrera tomó un impulso a alta velocidad. Lo nombraron jefe de oficina en una sucursal en Santa Rosa, al poco tiempo lo nombraron jefe de oficina en El Golf; luego, gerente de la oficina de la casa matriz, cuando lo llaman y le preguntan si le gustaría irse al sur. En 1994 terminó viviendo cuatro años en Temuco y manejando las oficinas desde Angol a Punta Arenas. "Fueron los mejores años de mi vida", recuerda, cuando tenía a sus tres hijos de 3, 2 y 1 año. Luego volvió a cargo de todas las sucursales de Santiago, para más tarde hacerse cargo de toda la red de oficinas. Vino la fusión con el Banco Santiago en 2002 y se quedó a cargo de todas las regiones. Luego se hizo cargo de todo el país del banco fusionado."Un día iba manejando, y Mauricio Larraín, mi antecesor, me llamó y me preguntó si quería irme a Venezuela. Le pregunté a la Verónica (su esposa) y nos fuimos desde 2005 a 2007", afirma. Cuando volvió le pidieron ser el gerente de recursos humanos del grupo en Chile por ocho meses. Se fue el gerente...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba