La nueva vida de las muejres en Arabia Saudita
Una de esas voces es la de Fernanda Arancibia , la mujer de pelo largo, quien con sus ocho meses y medio de embarazo, grita en la galería junto a su madre. Ella es la esposa de Carlos Villanueva y está emocionada por el gol.
Luego se hace una selfie y la publica en Instagram: "Haciendo historia con mi mamá en el estadio. Al fin las mujeres podemos entrar y disfrutar de este espectáculo y, como si fuera poco, mi gordo se mandó un golazo".
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Arabia Saudita es un país de 32 millones de habitantes, con un gobierno de monarquía absoluta. Se le llama "La Tierra de las Dos Mezquitas Sagradas" por La Meca y Medina, los dos lugares más sagrados del Islam. En 1938 se convirtió en uno de los productores y exportadores más grandes de petróleo, pero en Occidente lo identifican, también, como un reino con muchas normas y prohibiciones, especialmente para las mujeres.
Faisal Alsaleh, cónsul de la embajada de este país en Chile, explica que desde que el rey Salman nombró a su hijo Mohamed, de 31 años, como el nuevo príncipe heredero, se han anunciado varias reformas que están planteadas en la "Visión 2030".
-Se están volviendo a construir y habilitar los cines después de 35 años de suspensión. Desde enero las mujeres pueden asistir a eventos deportivos y, a partir de junio, podrán conducir vehículos -dice desde el segundo piso del Hotel Ritz Carlton, en donde está instalada la embajada desde 2013.
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Natacha Duartt es chilena y hace tres meses que llegó a vivir a Arabia Saudita. Hoy, lunes 5 de febrero, cumplió 32 años y lo celebrará con Nawaf, su esposo saudí.
-Acá celebrar los cumpleaños es visto como un acto de vanidad, pero con mi marido igual iremos a comer. No tomaremos alcohol, eso sí, porque no se debe -dice desde Medina, la segunda ciudad sagrada del Islam y donde está enterrado el profeta Mahoma.
El cónsul Faisal Alsaleh afirma que beber alcohol está prohibido en todo el país y que no hay excepciones. Si una persona quisiera hacerlo, tendría que presentarse en la embajada y dar un argumento muy sólido y convincente para ver si le dan la posibilidad de tomar con moderación. Pero generalmente le dicen que no. La celebración de los cumpleaños depende de la crianza de cada persona.
-Solo las familias conservadoras que quieren guardar las tradiciones optan por no hacerlo -explica Alsaleh.
Son las 18.00 horas en Medina y las 12.00 en Chile. Mientras Natacha Duartt se prepara para su cena, cuenta que de a poco se ha ido adaptando a los cambios. Como no maquillarse mucho para no llamar la atención y usar la abaya, una túnica larga que va desde los hombros hasta los pies y que todas las mujeres -saudíes y occidentales- se deben poner cada vez que salen a lugares públicos. Debajo de esta túnica se viste igual como lo hacía en Santiago: con leggins, una blusa y tacos.
Además, por opción, se coloca el hiyab, el velo que cubre su cabeza. Las saudíes no están obligadas a usarlo, pero muchas de ellas lo hacen por el Islam. Natacha se convirtió a esta religión hace cinco años, cuando nació su hijo Ammar. Gracias a esta conversión puede vivir en Medina, sino tendría que hacer mil rezos en otro lugar de Arabia Saudita o el mundo. Esos rezos no los cuenta nadie, solo quedan a la conciencia de la persona, porque los saudíes creen que Alá los mira y se hace cargo.
Antes de venirse definitivamente...
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