Una nueva forma de ver aves - 29 de Noviembre de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 588388986

Una nueva forma de ver aves

Ubicado en "el fin del mundo" -tres kilómetros al oeste de Puerto Williams, isla Navarino- el Parque Etnobotánico Omora es una pequeña área de conservación público-privada (alrededor de mil hectáreas) conocida por sus bosques en miniatura y la particular manera de acercarse a ellos: con lupa. De hecho, en enero fue sede del Congreso Mundial de la Asociación Internacional de Briología, rama de la botánica que estudia los musgos.

El parque nació el 2000 en la Reserva de Biósfera Cabo de Hornos (nominada por Unesco en 2005) como iniciativa de la Fundación Omora, la Universidad de Magallanes y el Instituto de Ecología y Biodiversidad para conservar y difundir la biodiversidad subantártica de la región, además de promover la lengua y cultura yagán, al integrar los conocimientos de esta etnia en sus estudios.

Paraíso de aves

En lengua yagán, "omora" significa colibrí, así que desde el nombre esta reserva ha estado vinculada con su más reciente actividad: el avistamiento de aves (pero no el típico birdwatching) a través de su circuito Los bosques más australes del planeta, de dos kilómetros de largo y 10 estaciones interpretativas donde se aprecian los tres principales bosques de Cabo de Hornos.

Como el continente sudamericano tiene forma cónica, el extremo sur es una especie de "embudo" al que llegan las aves migratorias tras viajar miles de kilómetros. Eso significa que los bosques del parque son una verdadera Meca para observarlas.

Debido a este "embudo" geográfico, no debiera ser sorpresa en este circuito encontrar aves de origen tropical, como picaflores y cachañas (el loro más austral del mundo), y también plantas de origen tropical, como orquídeas y canelos. Esto, debido al carácter oceánico del parque y al clima más benigno de la zona, comparado con el de las latitudes subpolares del Hemisferio Norte.

Campeones migratorios

Una de las aves más interesantes a observar es el carpintero gigante o negro, el más grande de América, muy difícil de ver en otras regiones porque son muy sensibles a la degradación del hábitat. Tan sensibles que sus parientes más cercanos, el carpintero imperial y el carpintero pico de marfil, estarían extintos en los bosques de Norteamérica, según los expertos.

Pero como no todo es cuestión de tamaño, definitivamente el ave más sorprendente aquí es el fio-fio: el ave terrestre de más larga migración en el continente sudamericano. El "campeón de las migraciones".

Jaime Jiménez, biólogo y ornitólogo, ha hecho estudios...

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