Una noche en el HOTEL VUDÚ DE HAITI - 8 de Julio de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 731701753

Una noche en el HOTEL VUDÚ DE HAITI

"Todos estos cráneos que ves acá son de verdad", dice Richard Morse, administrador y concesionario del hotel Oloffson, el más famoso de Haití, mientras apunta hacia un centenar de estatuas repartidas en el jardín de entrada.A lo lejos se ven algunas siluetas. Yo espero que sea mentira, que todo sea de utilería, tal como una casa del terror en un parque temático. Atravieso por el medio de un jardín botánico para cerciorarme y en los árboles los pájaros cantan en diversos tonos. Algunos lo hacen tan fuerte que incluso parecen aullar. Ya es casi de noche y en medio de un jardín aparece una figura aterradora: el cráneo de una mujer vestida con harapos, que carga una muñeca entre sus brazos y lleva una corona en su cabeza, simulando ser una reina... o una antigua momia.Richard Morse tiene razón: todos los cráneos son de verdad.-¿A quién se le ocurre poner un muerto en la entrada de un hotel? -pregunto a Alejandro Olivares, el fotógrafo que me acompaña, mientras este retrata cada una de las esculturas.-Aquí murió mucha gente -dice él, como si fuese un médium.Morse explica: "Los cráneos son del cementerio y todo el resto del material es de desecho".Imagino a Morse haciendo cada una de aquellas figuras, poniéndoles pelucas a los cráneos y vistiéndolos con trapos, pero él aclara que su participación solo ha sido comprarlas. Cada vez que puede, va hasta una céntrica calle de Puerto Príncipe, donde una comunidad de artistas haitianos se pasa el día confeccionando muñecos vudú, inspirándose en los muertos, los espíritus y la procreación: "La población vive en la basura y ellos toman esta basura y hacen esculturas", agrega.Antes, todas las esculturas estaban repartidas por los rincones del hotel, pero hace algunos años su hija decidió juntar una gran parte de esas piezas en un solo lugar y hacer un jardín de muertos, como si fuese una especie de altar. Morse llama a esto "arte vudú", la temática que cruza toda la decoración del hotel Oloffson. Desde entonces, cada 1 de noviembre celebran allí el Día de Muertos con un concierto y una mesa de ofrendas: "Yo nunca he recomendado a nadie que venga; no quiero gente obligada. Al Oloffson llegan los que quieren, porque este hotel es una experiencia", dice él en creole, mientras un intérprete nos ayuda en la conversación.EL HOTELA simple vista, el Oloffson parece un antiguo palacio neogótico hecho completamente de madera, en medio de un enorme jardín, que limita de frente con la calle Ave Christophe y que se extiende hasta las laderas de un cerro. Una verdadera reliquia, uno de los pocos edificios emblemáticos que sobrevivió al terremoto del 2010: tiene dos pisos, tres edificaciones alrededor, una piscina, un restaurante, 21 habitaciones y una inmejorable vista al puerto.Antes de convertirse en hotel, la casona pertenecía a una antigua familia haitiana de apellido Sam, quienes mandaron a construir la mansión en el año 1888. Allí...

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