Una noche de callejoneo en Guanajuato - 7 de Diciembre de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 547758878

Una noche de callejoneo en Guanajuato

Se alistan el tequila y las aguas de tamarindo, de Jamaica, de hierbabuena y toronja.

Las tiendas de platería, latón y mayólica frente a la Basílica de Nuestra Señora de Guanajuato, una iglesia ocre y barroca que data de 1796 y que constituye punto de referencia en la maraña de calles empedradas, siguen abiertas. Es mejor comprar cerámica y plata aquí, en Plaza de la Paz y frente a la Basílica, que en el Mercado Hidalgo, inaugurado por el dictador Porfirio Díaz en 1910. Es en las pequeñas tiendas donde se encuentran los mejores precios; el mercado duerme sobre su fama. El comercio estará abierto hasta casi medianoche: Guanajuato no duerme cuando hay fiesta. Lo dicen todos. Lo vemos todos.

Lejos retumba el clamor de Iguala.

La capital del estado no se sustrae del violento reclamo que traspasa al país entero, pero en esta joya virreinal, uno de los centros de interés en la ruta colonial mexicana, reina una extraña sensación de seguridad a pesar de lo afiebrado de sus noches y de la estridencia de sus madrugadas.

Pura vida que pasa en la calle.

Bien lo sabe la célebre Tere, joven guanajuatense no vidente y una de las mejores imitadoras en el mundo de la colombiana Shakira. Sonriente, morena y de ojos extraviados, actúa en las calles a dúo con su marido, el guitarrista Adrián. Puede estar cantando horas -la hemos visto-, sin respiro y sin tomar agua. La multitud se congrega y muchos extranjeros la buscan: su fama traspasó las fronteras. Por su porfiado talento y su pasión, Tere fue entrevistada por la televisión nacional. No hay noche que en Guanajuato su voz se apague. Canta hasta bajo la lluvia.

Pero Guanajuato tiene más.

Frente a la Basílica, los puestos de elote son un imán. Brillando, aceitoso y humeante, hay uno atendido por madre e hija: han venido desde la Sierra de Santa Rosa -zona de cabalgatas y viñedos- con su carro en una ardua travesía. En el carrito hay dos ollones, fuego abierto en cocinillas, cucharones, frascos de mayo natural, de mostaza; hay pepinillos, ají de siete tipos, crema fresca, aderezos autóctonos y muchos productos chips colgados de un clavo. El maíz en mazorca o desgranado -con crema, mayonesa, chile de distintos colores y picores, salsa de limón, cebolla, papas, doritos, elija usted- se entrega en envases de papel o vasitos plásticos. A veces tienen verduras y queso rallado; otras, secretos ingredientes de extraños olores que tornan iridiscente el dorado del maíz. Es un espectáculo hipnótico: el pedido, la preparación y el cobro son casi simultáneos. Poco se...

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