Negocio Legal - Núm. 4, Marzo 2021 - Industria Legal - Libros y Revistas - VLEX 864283084

Negocio Legal

AutorJosé Alberto Allende/Felipe Ignacio Vega
CargoDirector Editorial/Director Editorial
Páginas3-3
Negocio Legal
Industria Legal
Aunque a muchos les cueste aceptarlo, la
abogacía se ha transformado en un negocio
como muchos otros. Pretender, como algunos
hacen, que los abogados somos los únicos
prestadores de servicios que quedamos al
margen de la sociedad de mercado en la que
vivimos, es no entender correctamente las
cosas; o, al menos, no querer entenderlas.
Si no, pregúntenle a aquellos renombrados y
prestigiosos juristas que han terminado
apartándose ―de forma voluntaria o a la
fuerza―, de las oficinas en las que trabajaban.
O a los administrativos, que con una velocidad
insospechada están siendo reemplazados por
sistemas operativos y nuevas tecnologías. O a
los agentes inmobiliarios, que día a día les son
devueltas plantas completas de los edificios que
comercializan, por estudios de abogados
afanados en abaratar costos y ser más
competitivos. Para qué hablar de los recortes en
honorarios legales implementados por las
empresas (clientes) en el contexto de planes de
abaratamiento de costos más amplios; tendencia
que ya se veía, incluso, antes del
reordenamiento provocado por el Covid 19.
Estas señales nos dejan un mensaje tan
claro como desafiante: para prosperar hoy en
nuestra profesión, ya no basta ser un buen
abogado, sino que, además, resulta
indispensable entender el mercado en el que
nos desenvolvemos. Y es cierto que podrán
existir excepciones, con grandes profesionales a
los que sólo les basta su prestigio y calidad para
llenarse los bolsillos. Pero no nos
equivoquemos; esa es la excepción, y no la
regla.
Sin embargo, este fenómeno del negocio
legal no nos debe llevar a perder aquellos
elementos que, desde antaño, existen en
nuestro rubro, y que hacen tan especial a
nuestra profesión para aquellos que la
ejercemos. La inclinación al servicio público y a
la ayuda pro bono; la prioridad que se da a las
relaciones personales y de confianza; la
existencia de códigos éticos y de conducta. Son
todas cuestiones que no debieran ser ignoradas
―ni menos eliminadas―, por mucho que las
reglas de la oferta y la demanda hayan llegado a
tocarnos la puerta. Es perfectamente posible ser
un abogado o abogada de excelencia, un jurista
de tomo y lomo, y al mismo tiempo saber
desenvolverse en el mercado ultra competitivo
que hoy nos rige. Y esto va para todos quienes
trabajen en estudios de abogados, o estén
pensando abrir uno propio.
Socios, asociados y administrativos deben entender
que son parte de una empresa ―de un negocio con
todas las de la ley―, y que, en la gran mayoría de los
casos, son las lógicas empresariales las que irán
definiendo su futuro al interior de esas instituciones.
Conceptos como la productividad, la eficiencia, el
posicionamiento de marca, las ventajas comparativas
y competitivas, deben quedar grabados a fuego en
nuestras cabezas, tal como los tienen grabados los
ejecutivos del resto de las empresas del país.
Es probable que haya quienes no encuentren
novedoso este mensaje. Por lo demás, está claro que
esta lógica empresarial es la que han tenido muchos
de los socios fundadores y administradores de las
principales oficinas del país, quienes ya llevan años
actuando de esta manera. El gran problema es que
esto que para algunos parece tan obvio, para muchos
otros ―para la mayoría, de hecho―, no es ni siquiera
un tema. Y ahí es donde empiezan las frustraciones y
los cuestionamientos personales y profesionales.
Qué duda cabe que es necesario cambiar el
enfoque, y transparentarle a quienes vienen el cómo
son realmente las cosas en nuestra profesión. Para
hacerlo, el cambio debe comenzar por las Facultades
de Derecho del país, que llevan décadas enfocando
la enseñanza del derecho únicamente en normas y
principios jurídicos, sin siquiera mencionarles a sus
estudiantes que al terminar sus estudios tendrán que
entrar a competir en un mercado hecho y derecho,
regido por las lógicas más elementales del mundo
comercial.
José Alberto Allende
Director Editorial
Felipe Ignacio Vega
Director Editorial

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR