¿Seguirá Europa con una moneda única? Economistas plantean las salidas para el euro
La tarea de un Banco Central es hacer un seguimiento de los principales fenómenos nacionales e internacionales, y sin duda, la crisis del euro, desatada con posterioridad a la crisis financiera global de 2008, es un evento de proporciones. Ello llevó en 2012 a los economistas del instituto emisor Sebastián Claro, consejero, y Yan Carrière-Swallow -en ese entonces, parte del staff y hoy asesor en el directorio ejecutivo del FMI- a realizar un estudio sobre el impacto que puede tener ese fenómeno sobre el sistema financiero mundial y sobre la recuperación de las economías de los países desarrollados, entre otros aspectos.
El proyecto se transformó en el libro "Cueste lo que Cueste. La Batalla por salvar el euro y Europa", que a partir de esta semana estará disponible en librerías.
"Me gustaría que Europa entera tuviera una sola moneda, haría el comercio tanto más fácil". La frase de Napoleón en una carta a su hermano Louis en 1807, es recordada en las primeras páginas del libro. Sin embargo, y aunque sea un anhelo antiguo, las cosas no están fáciles para el euro, plantean los economistas.
A su juicio,aunque la solución a los problemas inmediatos que vive la Zona Euro sea satisfactoria, la sostenibilidad de la unión monetaria hacia el futuro seguirá en cuestión. Entre otros aspectos, apuntan al deficiente diseño de la unificación de la moneda.
Plantean tres configuraciones posibles: "La primera es avanzar hacia una unión fiscal y política que lleve a Europa a constituirse en una gran nación. La segunda, caminar hacia el perfeccionamiento de los mecanismos que, manteniendo cierta autonomía entre los países, asegure el cumplimiento de los compromisos en materia fiscal y provea un funcionamiento homogéneo de ciertos mercados clave. La tercera alternativa es simplemente que la Unión Monetaria desaparezca o quede restringida a un subconjunto de naciones que comparten ciertas características, y que los países vuelvan a tener monedas nacionales".
Ambos economistas identifican, en el esquema actual, fisuras estructurales que exigen un nuevo diseño.
"En períodos de calma, donde el financiamiento externo no es restrictivo, es difícil para una comunidad de países imponer disciplina fiscal sobre un país soberano. A su vez, la experiencia ha demostrado que es casi imposible que se le niegue el apoyo a un país de la unión con dificultades en medio de la crisis", señalan.
Por lo tanto, consideran fundamental preguntarse si es posible desarrollar un esquema que haga creíble una cláusula de no rescate que sea clave para otorgar incentivos correctos y profundizar la disciplina de mercado.
-¿Cuáles son las posibles salidas...
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