Los Mitos del Niágara - 25 de Octubre de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 585434138

Los Mitos del Niágara

Son las 8:30 de una mañana soleada en Canadá. El auto corre por la carretera de Toronto a las cataratas del Niágara. Es un viaje de no más de 90 minutos. En la ventanilla aparecen -rápidos, fugaces- lugares como Saint Catharines ("ciudad dormitorio" para quienes trabajan en las viñas de la región) y Hamilton (urbe centrada en la industria siderúrgica). Niágara, las cataratas del Niágara, el destino final, aparece... sin aparecer aún: "Ese par de edificios en el horizonte, que se levantan solitarios, son conocidos como los 'Marilyn Monroe"', dice el chofer.

Queda poco para llegar a uno de los sitios más famosos de este país. Catorce millones de personas al año vienen a un lugar cargado de historia, de leyendas, de imágenes que sobreviven en la cabeza de esos viajeros que quieren confirmar si todo eso, esas imágenes, existen en la realidad. O son solo mitos.

Un ejemplo de esas historias: la imagen que muestra a hombres y mujeres lanzándose desde las alturas de sus aguas en frágiles barriles como parte de una insana costumbre. Otro ejemplo: la postal de las cataratas y de Marilyn Monroe, ambas fuerzas de la naturaleza juntas en uno de los mejores espectáculos que se podía admirar en la pantalla grande en los años 50 del siglo pasado, en esa película llamada simplemente Niágara.

Es justamente la cultura pop la que ha ido "construyendo" a las cataratas como destino en el imaginario del siglo XX. Es lo que hacía esa película dirigida por Henry Hathaway, donde Marilyn rompía moldes y escandalizaba porque, además de derrochar sensualidad, hacía lo políticamente incorrecto: era la desfachatada Rose Loomis, esposa joven, infiel y atrevida, que tenía un plan concebido con su amante para asesinar a su esposo, hombre mayor, depresivo y celoso, interpretado por Joseph Cotten.

Una historia de brutal desamor ambientada en un sitio al que llegan masivamente los "lunamieleros" de Estados Unidos y Canadá (esa es otra imagen en torno a las cataratas), y que además era una vuelta de tuerca del cine noir que, como decían los publicistas de la película, era "un torrente de emociones que ni siquiera la naturaleza puede controlar".

Ojalá haya más que mitos.

MITO 2:

LOS BARRILES

Son las 9:30 de la mañana y ya estamos en Table Rock Centre, el corazón del Niagara Parks Comission, que desde fines del siglo XIX vela por mantener este escenario natural así mismo: natural.

En Table Rock hay restaurantes y tiendas, y una terraza, punto privilegiado para admirar a todo lo...

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