Con minutas y reuniones de connotados economistas, la oposición quiere levantar frente común para debate de reforma tributaria
En los próximos días seremos testigos de una gran batalla en el Congreso en torno a uno de los proyectos emblemáticos del Gobierno: la discusión del proyecto de modernización tributaria, como lo denomina el ministro de Hacienda, Felipe Larraín; o la contrarreforma como la bautizaron desde el bloque opositor que conforman parlamentarios desde la Democracia Cristiana (DC) hasta el Frente Amplio (FA).Al conocerse los detalles de la primera gran reforma de la segunda administración del Presidente Piñera, se encendieron las alarmas entre los legisladores de la ex Nueva Mayoría, pues lo consideran un "retroceso" respecto de la legislación aprobada en el gobierno de la Presidenta Bachelet.En este escenario, el senador socialista y presidente de la Cámara Alta, Carlos Montes, convocó el pasado lunes al Salón de los Presidentes de la sede del Congreso en Santiago a un grupo transversal de parlamentarios para analizar la iniciativa del Ejecutivo y definir los pasos a seguir. La masiva asistencia de representantes de partidos políticos y de organizaciones sociales a dicha reunión sorprendió a muchos y dio cuenta que la centroizquierda actuaría unida en este tema. Al menos, la propuesta de generar un equipo político-técnico y comunicacional común que permita la articulación de las ideas a defender en el Congreso va en esa línea. ¿Cuáles son las banderas de lucha que unifican la postura opositora? La reintegración del sistema y los cambios a la norma antielusión.Tal es el rechazo que generan estas propuestas que en dicho encuentro se planteó rechazar la idea de legislar el proyecto -primer paso de la tramitación parlamentaria y que, en caso de concretarse, implicaría que el Gobierno no pueda ingresar otro proyecto similar en un año-. Esta idea, explican desde la oposición, se reafirmó luego del "error político" que implicó el veto presidencial a la ley de reajuste al salario mínimo aprobada en el Congreso y que terminó por echar a la basura el trabajo legislativo de semanas. "Eso encrispó, irritó, generó desconfianzas. Es cierto, hay varias oposiciones, pero esas suman más que el número de parlamentarios de Chile Vamos. Eso implica que el Gobierno debe sentarse a negociar", señala un senador de oposición.Fue justamente la votación unida de la oposición en contra del veto presidencial que buscó reponer la plurianualidad de 30 meses para el proyecto de salario mínimo -pese a que el Congreso acordó hacerlo por 24 meses-, el hito político que marcó el inicio de las hostilidades entre ambos bandos, y fue visto por la oposición como un buen simulacro de lo que son capaces de conseguir en el debate tributario si logran mantener la misma cohesión.Sin embargo, el eventual acuerdo al interior del bloque opositor pende de un hilo muy delgado. El proyecto de reforma tributaria necesita la mayoría simple en el Congreso (78 votos) para su aprobación en la Cámara Baja. Como Chile Vamos...
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