Militante - 25 de Mayo de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 787314885

Militante

Estimado lector, pertenezco a una legión de hombres y mujeres libres que voluntariamente hemos decidido militar en un partido político. Somos, de acuerdo al último informe del Servel, más de medio millón de chilenos. Esto es producto de una buena política pública, cual fue el refichaje que permitió sincerar la militancia partidaria.De acuerdo al mismo informe del Servicio Electoral, más de 600 mil chilenos no se reficharon ni renunciaron a su respectivo partido político, quedando en una situación transitoria que la propia ley le coloca plazo. Somos los militantes un número importante en todo el arco político chileno; sin embargo, pertenecemos, en tanto a partidos, a una de las instituciones más poco confiables y creíbles de la sociedad chilena, compitiendo en los últimos lugares con el Parlamento.Esta mala evaluación, persistente en todas las encuestas en los últimos 15 años, obedece inequívocamente a múltiples factores, pero, que duda cabe, que uno de ellos es de nuestra propia responsabilidad. En mi opinión, los partidos han tendido en su pérdida de prestigio ciudadano, ante sus crisis orgánicas, disciplinarias y de representación objetiva y clara de los diferentes sectores que integran nuestro país.Sin militancias no hay partidos, y sin partidos políticos no hay democracia. Cuando lo anterior ocurre, ese espacio de poder alguien lo ocupa, algún dictador personalista y caudillesco, y/o la dictadura de un partido único. Por lo anterior, es fundamental revalidar la militancia y su compromiso, coherente y transparente con aquellos sectores de la sociedad que de acuerdo a su visión de mundo, están obligados a representar y a canalizar sus demandas e inquietudes en el sistema institucional del país.El sentido común actual, derivado de una cultura individualista y de mercado, se sostiene en la crítica a la militancia y a los partidos, y no se entiende ni comprende que puede haber más de medio millón de chilenos que voluntariamente destinan parte de su tiempo y su actividad privada a representar, proyectar y plantear soluciones al conjunto de la sociedad. Ser militante hoy es no estar en la moda vigente que privilegia el "metro cuadrado" y que de la puerta de la casa hacia la calle, el destino de los otros me sea indiferente; contra lo anterior hay que luchar.Esta lucha, en primer lugar, debe demostrar que el interés prioritario del militante es el bien común y no su propio bien, debe estar al servicio de los demás y no a su propio servicio, y...

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