Las mil historias de Di Santo, el trotamundos de la UC - 28 de Enero de 2023 - El Mercurio - Noticias - VLEX 921128777

Las mil historias de Di Santo, el trotamundos de la UC

La vida de Franco di Santo estuvo marcada por un momento ingrato. "Jugaba por Godoy Cruz en la liga mendocina. Era muy chiquito, nueve años tenía, y pasaba todo el día, todos los días, con la pelota. Se organizó un torneo y como mi equipo no participaba me invitaron a jugar por una escuela llamada Mutual Las Heras Efago, también de Mendoza... Pero cuando estaba todo listo, entró Godoy Cruz y yo ya estaba inscrito por el otro equipo. Me tocó enfrentarlos, ganamos 3 a 0 con tres goles míos y fuimos campeones. A la vuelta, cuando quise volver al club, el técnico me echó", recuerda.Todo se complicó: "No me querían dar el pase. Y como éramos una familia muy humilde y no teníamos cómo pagarlo, entre amigos de mis padres juntamos tarros de pintura, pelotas y pagamos el pase. Quién sabe qué habría sido de mi vida, mi carrera, si seguía en Godoy Cruz".Familia humilde, remarca Di Santo: "Uno se da cuenta de esas cosas cuando es grande. Cuando mis papás decían 'no tengo hambre' era porque no había. No me da vergüenza reconocerlo", cuenta.-¿Qué vino después?"Seguí jugando por la escuelita hasta que un representante me llevó a Rosario, al equipo Tiro Suizo. Nos preparaba y nos probaba en diferentes clubes: River, Boca, Independiente, San Lorenzo, Newell's... Un día llama a mis papás y les dice que había quedado en un par de equipos, pero que la condición era que él sería el dueño del 95% del pase. Mi papá le contestó: 'Somos humildes, pero no boludos'. Mi viejo nunca quiso lucrar con el Franco futbolista, siempre quiso lo mejor para el Franco hijo".La historia continúa, a punta de esfuerzo y sacrificio. "A los 13 años el conocido de un amigo de mi papá me pregunta si quiero ir a Chile a probarme. Vine. Me quedé en una pensión con Humberto Suazo y Luis Marín. Pero pasaba y pasaba el tiempo y como que nada. Entrenaba con las mismas zapatillas que usaba el resto del día. La ropa era muy escasa. Nos cuidaba la tía Isabel, quien se portó muy bien, porque me tenía, pero nadie pagaba la pensión. Habrá pasado un mes, hablo con mi papá y me dice '!dónde estás, la p... que te parió¡'. Para él yo estaba con el conocido de su amigo, pero resulta que ese tipo me dejó botado. Al final, mi papá se comunica con Valentín Cantergiani y el presidente de Audax Italiano le dice 'pero si yo le pagué un dinero a esa persona'. Ese individuo se arrancó con la plata. Cantergiani, después, le habla a mi papá y se hace cargo. Pagó la pensión y la marca que auspiciaba al club me...

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