Migración, terrorismo y globalización: la lucidez y los lamentos de Hans Magnus Enzensberger
Este escenario, que podría ser el de una ficción apocalíptica y hasta postapocalíptica, que tiene el misterio de una peste -como la de Camus- que aparece y avanza sin que lo notemos a tiempo; ese escenario es el mundo nuestro de todos los días, según el poeta, novelista, ensayista, traductor, editor, libretista de radio y periodista alemán Hans Magnus Enzensberger (Alemania, 1929). Lo dice en su ensayo "Perspectivas de guerra civil", publicado originalmente en 1993 y reeditado el año pasado en un volumen que ahora traduce Anagrama: "Ensayos sobre las discordias", que también incluye los textos "La gran migración" (1992) y "El perdedor radical. Ensayo sobre los hombres del terror" (2006), a los que Enzensberger añadió "Coda: la teocracia olvidada. Una parábola" (2015).
Distanciados en el tiempo, los ensayos tienen en común, primero, señalar los grandes "conflictos", o discordias, que asaltan al mundo luego del fin de la Guerra Fría, o tal vez desde siempre, pero en nuevas versiones: migraciones, xenofobia, terrorismo, guerras civiles. Segundo, el tono agorero, pero no por eso menos lúcido. Y tercero, el genio escéptico, crítico, incluso cínico de Enzensberger; no en el sentido de desvergonzado o falso, sino que en el de Diógenes: alguien que se dedica a alumbrar -con ironía- las contradicciones, mugres y estupideces que nos hacen ser humanos... "¿Cuánto hace que un politólogo estadounidense hizo furor con la tesis de que había llegado el fin de la Historia?", escribe en la nota preliminar. "Poco después se anunció a bombo y platillo el final de la Guerra Fría. Ante tan grata novedad, muchos expertos pregonaron la llegada de considerables «dividendos de la paz». Demasiado bonito para ser verdad, pensé".
Joven hitlerianio
En 1947, luego de que las ínfulas alemanas de regir el mundo por mil años acabaran con Hitler suicidado, Berlín destruido y Alemania dividida en dos, un grupo de intelectuales se propuso la tarea de revitalizar la literatura alemana de posguerra. Se llamaron el Grupo 47, que existió hasta fines de los 70 y contó entre los renovadores a los futuros Nobel de Literatura Günter Grass y Heinrich Böll, al poeta Paul Celan y a H. M. Enzensberger, que fue parte entre 1965 y 1975. Todo un símbolo para quien a los 16 años fue enrolado en las juventudes hitlerianas, de las que luego fue expulsado: "No por resistencia política", según contó el año pasado al diario El País de España, "sino simplemente porque no me gustaban. No soportaba...
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