La mediación en conflictos familiares - Núm. 18, Mayo 2008 - Serie de Publicaciones Especiales - Cuadernos de Análisis Jurídico - Libros y Revistas - VLEX 399730386

La mediación en conflictos familiares

AutorMacarena Vargas Pavez - Lidia Casas Becerra - María José Azócar Benavente
Páginas67-89
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LA MEDIACIÓN EN CONFLICTOS FAMILIARES
LA MEDIACIÓN
EN CONFLICTOS FAMILIARES
Este capítulo ofrece algunos elementos para comprender cómo se desarro-
lla un proceso de mediación familiar y la percepción que de él tienen los/as
usuarios/as.
En primer término, se plantea el potencial empoderador de la mediación
en tanto espacio de encuentro personalizado entre los afectados de un con-
f‌licto. Luego, se analizan –en un segundo apartado– los acuerdos, tanto desde
la perspectiva de su contenido como de su cumplimiento. Allí se agregan par-
te de los resultados obtenidos en el f‌ichaje de documentos. En tercer lugar,
se aborda una de las cuestiones que ha tenido mayor difusión –considerándo-
sele como una de las principales ventajas de la mediación– la satisfacción de
los/as usuarios/as con el proceso y el papel del mediador/a y en cuarto lugar,
con un análisis de la necesidad de la asesoría jurídica para asegurar condicio-
nes de igualdad entre las partes al momento de negociar.
1. LA MEDIACIÓN COMO FUENTE DE EMPODERAMIENTO
Una de las más importantes particularidades del proceso de mediación que
se ha logrado constatar a través de esta investigación es que permite a las per-
sonas situarse frente a frente. Se podría decir que de algún modo las obliga
a conversar sobre aquellos conf‌lictos que no han logrado zanjarse, sobre la
dinámica de relación o la forma de la ruptura. Y dado que la comunicación
entre las partes se ha roto, la intervención del/a mediador/a, como un/a ter-
cero/a imparcial y ajeno al conf‌licto, facilitaría un diálogo en un ambiente de
privacidad y respeto mutuo.
El hecho que la comunicación sea presencial –cara a cara– impide que las
personas se evadan de aquellas situaciones duras y conf‌lictivas de la relación
o la ruptura. Por el contrario, permite el desahogo y la búsqueda de acuerdos
a partir del planteamiento de los intereses y sentimientos, así como de los
68 Mediación familiar y género
derechos en juego. Si bien, la rabia, el dolor y el ofuscamiento pueden estar
presentes, tal como se advierte de las múltiples entrevistas, es la labor del/a
mediador/a crear un clima de conf‌ianza y respeto, llamando a las partes a la
conversación y a evitar la agresividad.
Estas características fueron recogidas en varias de las conversaciones con
los/as usuarios/as y más allá de buscar la solución al problema, el proceso
mismo era además un espacio donde se podía decir aquello de lo cual no se
había logrado hablar con anterioridad. Esta particularidad de la intervención
en mediación es la que explica que muchos/as usuarios/as hablen del carácter
“terapéutico” de este proceso.
Por lo tanto, creemos que “lo terapéutico” de la mediación familiar tiene
que ver con la posibilidad de hablar del conf‌licto en profundidad y con la ca-
pacidad de verbalizar los deseos, las necesidades y los sentimientos. Todo lo
que no ocurre en sede judicial:
Bueno, nos llevaron al juzgado, fuimos a un careo en el juzga-
do de la familia y al f‌inal lo que dijo ella, fue válido, pero ante
la jueza yo no hablé, no pude hablar nada. Sólo cuando me
tocó expresarme al preguntarme si quería venir a mediación
hablé, pero antes nada más (...)
O sea, para ti más que el acuerdo, lo importante fue...
Hablar, conversar. Eso es algo diferente, porque uno escu-
cha a dos personas. Como que pensai más la situación. Si me
preguntan, ¿por qué ella es así? Por esto y por esto, entonces
ella la piensa
Hombre, usuario sistema público, V Región.
Lo que pasa es que tú a veces hablas con personas y como que
sale tu tema, ¿me entiendes?, pero a veces, sale tu tema con
nombre y apellido y pasas a ser la servilleta del pueblo como
se dice. Entonces eso fue lo que más conf‌ianza me dio a mí.
Nos dijo que ni siquiera la jueza o el juez iban a saber lo que se
iba a hablar ahí. Que iba a quedar en esas cuatro paredes
Mujer, usuario sistema público, V Región.
En general, la magia de la comunicación a través de la palabra está presen-
te en todos los relatos. Las diferencias residen en las expectativas que se depo-
sitan en la persona del/a mediador/a: desde el “mediador/terapeuta”, pasando
por el “mediador/facilitador” hasta llegar a la f‌igura de un “mediador/juez”.
Con todo, ello no es siempre posible ni tampoco adecuado dado que abre
más heridas de lo que el propio proceso pueda hacerse cargo, tal como mues-
tra una de las entrevistadas sobre la situación de maltrato que había vivido:
Sí, conversamos el tema del [maltrato] porque ella nos pre-
guntó de por qué nos habíamos separado, y ahí él me dijo

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