El manifiesto político de Allamand que explica la derrota electoral - 12 de Enero de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 485670850

El manifiesto político de Allamand que explica la derrota electoral

En las últimas semanas se ha originado un indispensable debate acerca de las razones tras la grave derrota electoral de la centroderecha.

Sin embargo, hay dos actitudes frente al mismo. La primera es negar la evidencia de la severa derrota electoral y abogar por un intercambio acotado -"puertas adentro" y ojalá bajo confidencialidad- reducido a un pequeño grupo de dirigentes. Tal actitud ("barramos los problemas bajo la alfombra", "la ropa sucia se lava en casa") solo anticipa una nula autocrítica e implica la reiteración majadera de que solo errores comunicacionales impidieron que la ciudadanía advirtiera en toda su magnitud la obra realizada por el actual gobierno.

En definitiva, tal actitud puede resumirse en la siguiente frase: "No hay demasiado de que preocuparse. En estos años lo hicimos muy bien; fue una lástima que los chilenos no se hayan dado cuenta". En el trasfondo hay una ilusión óptica: que el gobierno de la Nueva Mayoría será tan malo, que a poco andar la gente pedirá a gritos que la Alianza vuelva a gobernar.

La segunda es asumir la magnitud de la derrota y abrirse a un debate público sobre las causas y responsabilidades de las mismas, ejercicio al que amplios sectores de la derecha tienen natural renuencia por razones de cultura política y deliberado desconocimiento de la exigencia de participación y transparencia que hoy cruza la sociedad. A tales sectores, en general, no les interesa el debate de ideas y creen equivocadamente que uno público entre quienes se identifican con la centroderecha es perjudicial e innecesario.

El resultado de tal actitud puede resumirse en la siguiente frase : "En estos años hicimos cosas muy buenas, pero también cometimos errores graves. Hemos aprendido de ellos y hemos reflexionado. Queremos con humildad recuperar la confianza de la ciudadanía y ganarnos una nueva oportunidad para gobernar Chile".

Mi certeza es que la primera actitud condena irremediablemente a la centroderecha a una posición cada vez más marginal e irrelevante en la sociedad. Por ese camino, cercano al de la altanería política, la centroderecha no retornará al poder en décadas y si en algún momento futuro lo logra será solo como consecuencia del azar o de graves errores de los gobiernos por venir, pero no -como debe ser- por mérito propio, por la revalidación de su ideario y proyecto político ante la ciudadanía, y por la sintonía de su programa de gobierno con la gente.

No hay duda de que promover la segunda actitud traerá -como ya ha ocurrido- destempladas acusaciones y descalificaciones personales por parte de quienes quieren seguir hasta el 11 de marzo intentando "tapar el sol con un dedo". Sin embargo, el camino de la autocrítica a fondo es indispensable de transitar, sin "intocables" a los que no se puede mencionar, sin la equivocación de suponer que asignar responsabilidades es denostar y con la disposición de todos a asumir los errores propios cometidos.

¿Por qué perdimos?

No hay duda de que una derrota de la naturaleza de la que ha tenido lugar no se explica por una sola causa.

De lo que no hay duda es que una elección presidencial implica una evaluación sobre la continuidad o cambio del gobierno y por ende un juicio acerca de su gestión.

Por cierto, ello no implica que la responsabilidad de la derrota recaiga...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR