El bótox más allá de la cosmética - 22 de Julio de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 520753926

El bótox más allá de la cosmética

-No soportaba la luz, todo ruido me molestaba y sentía intensas náuseas -recuerda hoy esta administrativa de Gendarmería, de 55 años-. Lo primero que me propuso el doctor fue desintoxicarme de los analgésicos que tomaba; mi cuerpo ya estaba acostumbrado al paracetamol y a las ergotaminas. Estuve cinco días hospitalizada. Probamos primero con medicamentos especiales y, aunque el dolor se alivió, no se quitó. Entonces, él me habló de la toxina botulínica y yo, que estaba dispuesta a todo, acepté. Después supe que se usaba para las arrugas y ahí le pregunté al doctor, dudosa de que fuera a resultar.

Alex Espinoza, su médico, comenta que esa reacción de sorpresa e incredulidad es la típica de los pacientes que escuchan hablar del uso del Bótox como paliativo del dolor. Pero, dice, la técnica de aplicación es diferente a la que los dermatólogos o cirujanos plásticos suelen ocupar para las arrugas. El médico del Hospital Dipreca, que comenzó a aplicar este tratamiento hace unos quince años en forma experimental, explica que en los pacientes con migraña crónica -tres veces más frecuente en mujeres- se inyecta la sustancia en 31 puntos que incluyen la nuca, el cuello, las sienes, la frente y el entrecejo.

-Hay músculos que coinciden con el uso dermatológico -detalla el especialista-, pero la inyección se aplica en forma ascendente, buscando el nervio. Ahora, secundariamente sí se da un efecto de inmovilidad en el músculo que ayuda a mejorar el aspecto. Mal que mal, en la historia de la medicina muchas cosas se dan por azar, por casualidad. Nosotros vimos que esto ayudaba a reducir el dolor usándolo para tratar distonías faciales, y comenzamos a experimentar hasta que finalmente fue reconocida por la FDA (Food and Drug Administration) en 2010, después de un estudio que mostró que tiene un 70% de efectividad.

Múltiples especialidades

La entidad a cargo de salud pública de Estados Unidos -cuyos dictámenes son seguidos por el local ISP- certifica las aplicaciones de esta toxina solo cuando se producen estudios científicos concluyentes, aunque muchos médicos lleven años utilizándola. Sucedió así en los inicios, a fines de los años 80, cuando la toxina era utilizada en oftalmología para tratar el estrabismo. A poco andar, los pacientes adultos comenzaron a darse cuenta de que, gracias al tratamiento, su rostro parecía rejuvener. Y, entonces, comenzó la aplicación cosmética para las líneas glabelares (del entrecejo), que solo se certificó en 2002.

Una testigo de ese proceso fue la dermatóloga chilena María Isabel Benavides, quien conoció al matrimonio canadiense de Jean y Alistair Carruthers, oftalmóloga y dermatólogo, pioneros en la aplicación cosmética del Bótox. A inicios de los...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR