La montaña mágica de Sri Lanka - 5 de Octubre de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 537647394

La montaña mágica de Sri Lanka

Tenía razones para escoger ese extraño emplazamiento: dice la tradición que habría dado muerte al rey, su padre, y desde entonces vivía temeroso de que uno de sus hermanos llegara tras la venganza. En la altura, nadie podría asaltarlo por sorpresa. Pero fue sorprendido y derrotado. Entonces el rey Kassapa se atravesó con su espada. Es lo que me explicó en su casa cerca de Colombo, la estudiosa cingalesa Indrani Rathnasekara. De esa mente atormentada, surgió, paradójicamente, esta ciudad de los cielos.También hizo construir dos ciudades amuralladas a los pies de la roca.

Desde hace muchos siglos visitantes de todo el mundo vienen a ver los restos del palacio. Antes y ahora el motivo principal es admirar los retratos de mujeres muy alhajadas y poco vestidas que el monarca cingalés habría mandado eternizar en frescos de gran tamaño en los muros de las paredes de la roca. Las mujeres lucen bustos desnudos, pesados, y livianas flores de loto en sus manos.Hasta hoy se discute si ellas son representaciones de la diosa Tara o imágenes de reinas y princesas, o seres celestiales llamados Apsaras.

Para ver esas doncellas y ese palacio en las nubes, y también otras milenarias ciudades pobladas de fantasmas, he llegado hasta el corazón de Ceylán, ahora llamado Sri Lanka. No hay otro lugar más sorprendente en este país, cuyo territorio cuelga como una lágrima del subcontinente indio, como anunciando aflicciones eternas.

El hombre de ayer empeñado en visitar Sigiriya trepó varios cientos de metros aferrado a escaleras colgantes tejidas de fibras vegetales. Hoy camina -caminaremos- al borde del precipicio sobre enrejadas escalinatas de madera y metal, que forman una inmensa jaula vertical. La escarpada roca tiene sectores de la parte superior que no están ni siquiera a plomo, sino a extra plomo. Sobrepasan la vertical.

En estas horas son muchos los que se proponen llegar a la cumbre de este Patrimonio de la Humanidad. Los turistas que caminan cerro arriba se comunican en muchas lenguas, pero de las que se entienden, se escucha menos el inglés que el francés. Desde lejos miro la enorme piedra ensombrerada de verde. Escéptico, pienso que para subirla necesitaría a lo menos un trago de chupilca del diablo (como los chilenos que se tomaron el morro de Arica). Este morro asiático es aún más alto y no dispongo de otras fuerzas que la porfía. Llevo 16.000 kilómetros recorridos desde Santiago y para alcanzar la cumbre faltan solo unos 1.000 escalones. Pero la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR