El liberalismo que la lleva - 15 de Junio de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 728688429

El liberalismo que la lleva

Con Nicolás Grau e Ignacio Briones participamos en el CEP en una jornada sobre "Liberalismo(s)", así, en plural, puesto que eso es lo que hay, aunque cada uno de ellos queriendo presentarse como el único o el verdadero liberalismo.

El liberalismo es un tronco del que han arrancado varias ramas o, si se prefiere, una raíz que dio origen a varios troncos. Este segundo fenómeno se produce cuando de una misma raíz surgen bajo tierra distintos brotes basales -dos, tres, cuatro, cinco- que dan origen a un igual número de troncos. El fenómeno, común en el eucalipto, lo observé días atrás en un viejo maqui de la Quinta Rioja de Viña del Mar: nada menos que ocho troncos. Por mi parte, prefiero ver al liberalismo como una raíz que dio origen a varios troncos, que como un solo tronco del que arrancan distintas ramas.

Lo más interesante es identificar cuál es la raíz del liberalismo, o sea, cuál es el núcleo básico de planteamientos de esta doctrina que comparten todos los liberalismos, cualesquiera que sean sus diferencias. Pues bien: vista como doctrina, como conjunto de ideas acerca del mejor tipo de sociedad que podríamos alcanzar, el liberalismo muestra un aspecto político (limitación de los poderes del Estado en derechos de las personas), uno ético (autonomía de los individuos para establecer cada cual su idea de lo que es una vida buena y los caminos para realizarla), y uno económico (libertad de emprender actividades económicas en beneficio de quien las acomete, con la idea de que la propiedad pertenece a la categoría de los derechos fundamentales de las personas).

De esa raíz común han salido varios troncos, todos liberales, pero el que predomina hoy no es el liberalismo clásico de Adam Smith, ni el liberalismo social de John Stuart Mill, ni el liberalismo con tintes socialdemócratas de John Maynard Keynes, ni el liberalismo igualitario de Ronald Dworkin y John Rawls, ni el liberalismo republicano de Jurgen Habermas, ni el liberalismo como modus vivendi de John Gray, y menos aún el liberal socialismo de Norberto Bobbio. Lo que predomina, con gran éxito doctrinario y encarnación en muchísimos gobiernos, es el neoliberalismo, palabra esta que empleo descriptivamente y no en el sentido negativo con el que acostumbra usársela para reprobar todo aquello que nos desagrada de las sociedades de nuestros días.

El neoliberalismo, que pone el acento en el aspecto económico de la...

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