El liberal católico
Autor | Sofía Correa S. |
Cargo | Profesora de Historia y Geografía de la Universidad Católica de Chile y Doctorada en la Universidad de Oxford |
Páginas | 7-12 |
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serie informe SOCIEDAD Y POLÍTICA 179
“La fe de nuestros padres y el espíritu de
implicaba argumentar a favor de las liberta-
des individuales y en contra de la expansión
de las atribuciones del Estado. Esta doble
convicción, liberal y católica, la difundió a
través de las múltiples actividades de su
vida. A los 22 años escribió una novela, La
Cueva del Loco Eustaquio, que fue ensegui-
-
blicó en 1875 su aún famoso Diccionario de
Chilenismos, que le valió ser acogido como
miembro de la Academia de la Lengua.
Principalmente fue economista y como tal,
profesor universitario: desde 1884 y has-
ta 1891 asumió en la Escuela de Derecho
impartido Courcelle-Seneuil. Como “diaris-
ta” editorializó día a día en los periódicos El
Valparaíso), y también en La Revista Econó-
mica, siendo todos estos medios vinculados
a los conservadores. Por el Partido Conser-
vador fue diputado entre 1870-1882 y entre
1885-1891, ya que en el período 1882 a 1885
el Partido Conservador no tuvo represen-
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ticipar en las elecciones parlamentarias de
1882 en protesta por la intervención guber-
namental. Como diputado fue autor en 1874
de la ley que estableció la presunción de
que quienes sabían leer y escribir tenían la
renta requerida para poder votar, evitando
tener que demostrarlo en lo sucesivo, con lo
cual quedó establecido el sufragio universal
masculino; fórmula que permitió prescindir
del largo camino de la reforma constitucio-
nal, con dos legislaturas consecutivas para
aprobarla, que era necesaria para suprimir
hecho de ser, en su condición de diputado
conservador, uno de los redactores del acta
de deposición del presidente Balmaceda,
le costó prisión y destierro al Perú. Pero fue
-
privilegiado para la difusión de sus convic-
ciones, pues el editorial de los diarios era el
principal espacio de la polémica doctrinaria
en la segunda mitad del siglo XIX. Así pues,
la exposición de sus ideas católico-liberales
la hizo al calor de la discusión política co-
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dependiente, que fue el órgano de difusión
del Partido Conservador entre 1864 y enero
día una columna editorial en El Indepen-
-
gara su ideario católico-liberal a través de la
polémica de la prensa partidista, su densi-
dad intelectual es asombrosa. En sus edito-
riales cotidianos es donde expone la síntesis
que visualiza entre liberalismo y catolicis-
que Dios es el Señor de la Historia, que es
la Historia del Progreso y de la Libertad.
Dios que es Providencia, continuaba su
argumento, también actúa indirectamen-
te en la historia humana, a través de las
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