Levantando la mirada - 11 de Junio de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 682465609

Levantando la mirada

Esta semana, el Banco Central presentó nuevas versiones tanto de su Informe de Política Monetaria (IPOM) como de su Informe de Estabilidad Financiera (IEF).

El IPOM destaca que la economía sigue padeciendo los efectos de un crecimiento débil. En efecto, el Banco Central redujo el rango de crecimiento estimado para este año, ubicándolo ahora entre 1 y 1,75%.

Para el próximo año subió la proyección en un cuarto punto porcentual, a un rango de 2,25 a 3,25%. Con esto, Chile completaría su cuarto año consecutivo con un crecimiento promedio anual bajo el 2%. Además, ahora proyecta que este año, nuevamente, se contraerá la inversión, completando así cuatro años seguidos de caídas. Por otro lado, el mayor dinamismo del año 2018 surge, principalmente, de la recuperación de la minería, expectativas internas menos pesimistas, y mejores condiciones externas.

En el IEF, por su parte, el Banco da cuenta de que, como resultado del bajo crecimiento y el deterioro de la calidad del empleo, el comportamiento de pagos y los indicadores de riesgo del sistema financiero han aumentado en el margen, principalmente para los créditos de consumo y comerciales. Señala, además, que de prolongarse la desaceleración de la actividad, el asociado deterioro del mercado laboral agudizaría este problema.

En esta columna me abocaré a analizar las perspectivas de crecimiento de mediano plazo de la economía chilena, teniendo en cuenta el escenario externo más probable que enfrentaremos en los próximos años, más allá del 2018.

Uno podría preguntarse por qué es importante el crecimiento. El crecimiento es el principal medio para apuntalar el progreso social. Chile es admirado por ser el país de América Latina que más avanzó en progreso social en los últimos treinta años, lo que se refleja en el aumento en la expectativa de vida, la reducción de la mortalidad de los infantes y de los niños, el acceso de la población al agua potable y alcantarillado, y la dramática reducción de la pobreza. Como resultado, Chile pasó de estar en la media de la región en indicadores de bienestar, como los mencionados, a ser el más destacado.

La desigualdad también disminuyó, aunque su descenso estuvo limitado por las carencias de la educación pública, que redujo las oportunidades de muchos para adquirir capital humano y así aumentar sus ingresos. Con todo, como resultado de estos avances, Chile ha sido capaz de crear una mayoritaria clase media que hoy demanda seguir progresando. Detrás de este...

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