Leonor Varela 'Siento que mi hijo me pidió que yo escribiera'
F ueron años -más de un lustro- en los que Leonor Varela enfrentó demonios flanqueados por el miedo. Una batalla que hoy dice que perdió pero no perdió, aunque su hijo Matteo murió en noviembre de 2018. No la perdió, dice, porque lleva a su niño con ella donde quiera que va. Los seis años de su lucha contra la leucodistrofia de Matteo -síndrome genético hereditario que afecta a las células cerebrales y para el cual no hay cura-, la hicieron más fuerte. El proceso lo vivió junto a su marido argentino, el productor Lucas Akoskin, con quien se casó en abril de 2013, dos días después de recibir el fatal diagnóstico de Matteo.Es miércoles 12 de agosto. La actriz está en su casa. Natural con el pelo en un moño mojado aún de ducha, Leonor Varela se prepara un té matcha frente a la cámara antes de hablar de su hijo y del proceso de escritura del libro que recoge su historia: "Ir al cielo y volver, mi camino con Matteo" (Vergara), que estará en librerías desde el 3 de septiembre. Con mirada serena dice que, por el encierro y la pandemia, su hija Luna Mae, de cinco años, no está yendo a clases ni ella a gimnasia grupal. Ahora entrena en casa. No es tan entretenido, afirma, porque a Varela le gustan la comunidad y la amistad.Minutos después la conversación vuelve a su historia con Matteo. Leonor cobra otra dimensión.-No sabría ni siquiera decirte quién era yo antes, era otra persona. Toda nuestra vida cambió. Soy una persona que viene de padres budistas (es hija del destacado biólogo Francisco Varela), con la idea de la reencarnación. La presencia de la muerte siempre ha estado en mi éter. Pero está aterrizada de otra manera luego de haber vivido lo que vivimos. Creo que uno nunca es distinto ni nunca es el mismo. Son otras partes de ti que se prenden y se apagan.Son exactamente las 11:11 de la mañana en California. Ella guarda silencio y luego agrega:-Siempre digo que mi hijo está conmigo a esta hora. Yo, desde chica, cuando veo 11:11 en el reloj, siento que las puertas del cielo están abiertas. Los ángeles están con uno y uno, en el lugar adecuado con la conciencia adecuada: mi hijo me hace un guiño.Leonor y su marido no tienen miedo de contagiarse en pandemia. Por lo que vivieron junto a Matteo aprendieron la aceptación.-Llevé a mi hija a su control médico y la pediatra le dijo que no había que tener miedo. Pero yo no tengo miedo, mi actitud frente al virus es de responsabilidad, en términos de cuidar a los otros, no voy a eventos ni fiestas. Cuando uno viene de lo que nosotros venimos, el miedo a la muerte es muy diferente. No le tengo miedo a la muerte...
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