El largo camino de una familia para recuperar un bosque - 3 de Octubre de 2021 - El Mercurio - Noticias - VLEX 876405094

El largo camino de una familia para recuperar un bosque

PARA LLEGAR al fundo Belco, a 35 kilómetros de Cauquenes, en la Región del Maule, hay que internarse por un camino de tierra, para finalmente subir hasta ver una antigua casa de adobe blanca, adornada con los coloridos cardenales plantados por Alejandra Ruiz (62).En el horizonte, hacia la izquierda se ven algunos manchones color verde oscuro: son plantaciones de pino en las tierras de los vecinos que pronto se vendrán a talar. En cambio, al frente, ya en los terrenos de Belco se notan los cerros al fondo teñidos de un verde claro. Un estero sirve de referencia para ver donde está la casa de Thomas (31), uno de los hijos de Alejandra, y su pareja, junto al huerto.Estamos en la cima de un cerrito y allá abajo se ven espinos y muchos otros árboles chiquitos, que esperan a su propio ritmo el paso de las estaciones para convertir ese suelo plano y arcilloso en algo nuevo.Maud (34), otra hija de Alejandra, cuenta que, desde que comenzaron su proyecto de restauración familiar en 2014, Conaf les ha regalado cerca de 50 árboles nativos cada año para plantar en el sector.El trabajo que estaban realizando pronto comenzó a llamar la atención de las autoridades, que postularon la iniciativa de la familia Biggs Ruiz para que participara de +Bosques. Juntos contra el Cambio Climático, un proyecto chileno que comenzó a desarrollarse en 2020, y que proponía una estrategia totalmente innovadora a nivel internacional. Todo sustentado en una mirada más amplia del trabajo de conservación, que asume que los bosques, para crecer y mantener su equilibrio, necesitan de diversas especies.Una perspectiva que asume la mirada de especialistas, y que ha sido recogida en libros como el exitoso best seller del ingeniero forestal alemán Peter Wohlleben, La vida secreta de los árboles (2016), que refleja la forma de "sociabilizar" que tiene la vida vegetal en un bosque, y según el cual, los árboles aman y cuidan a sus vecinos enfermos. Además, dice Wohlleben, pueden gritar de dolor, tienen amigos, mecanismos de defensa y pierden nutrientes cuando están solos; se comunican bajo tierra a través de sus raíces, y mantienen su equilibrio gracias a su comunidad y a un complejo sistema de musgos, hongos, insectos y animales, a través de los intercambian nutrientes."Un día tropecé con un viejo pedazo de tronco y vi que aún vivía, a pesar de que tenía 400 o 500 años y ninguna hoja verde. Todo ser vivo necesita nutrición. La única explicación es que fue apoyado por otros árboles...

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