Lanata para todos - 25 de Mayo de 2013 - El Mercurio - Noticias - VLEX 437771878

Lanata para todos

Para estar acá, a pocos minutos de tener a cinco millones de argentinos pendientes, mirando su programa político Periodismo para Todos, Jorge Lanata tuvo que transitar por una vida que parece sacada de una película. Tiene 52 años, pero parecen 100. Fue un niño prodigio, aunque apenas terminó el colegio y nunca obtuvo un título universitario. Creció como un chico solitario y hostigado por sus compañeros de curso. Tuvo una madre que no hablaba ni se movía producto de un tumor cerebral y un padre que lo dejó de lado para cuidar a su mujer. A los 13 años se escapó de su casa y vivió en la calle. A los 14 consiguió trabajo como reportero radial. A los 26 fundó Página 12, el primero de los dos diarios que creó, además de cinco revistas. Hizo una película, publicó libros y lo acusaron de plagio. Se emborrachó con Charly García y Fito Páez. Se puso toda la ropa Versace que pudo. Llegó a tener 500 camisas y 30 trajes. Fue adicto a la cocaína, consumía ocho gramos por día y huyó de dos clínicas de desintoxicación en Estados Unidos. Ha tenido decenas de mujeres, tres matrimonios y dos hijas. Gastó más plata de la que ganaba, cayó en bancarrota y debió vender su colección de relojes para pagar deudas. Tuvo dos intentos de suicidio. Se puso paranoico. Estuvo a punto de morir por una mezcla de diabetes, obesidad mórbida, apnea y droga. Debió soportar rayados en las calles que decían: Lanata trolo, falopero y corrupto. Se peleó con varios de sus colegas y con casi todos los Presidentes argentinos desde 1983. Le han puesto cerca de 40 juicios y no ha perdido ninguno. Llegó a fumar 60 cigarrillos por día. Juró que jamás trabajaría para Clarín, hasta que se transformó en el periodista estrella del grupo. Y aunque dice que está mucho mejor, tarde o temprano deberá volver a diálisis o necesitará un trasplante de riñón.

-Bajé 30 kilos. Estoy mejor, pero no curado. Lo que pasó es que paró el deterioro. Entonces, mientras me pueda mantener así, evito la diálisis, pero en uno o dos años, me voy a tener que trasplantar.

La única adicción que le queda es el cigarrillo. Ahora está sentado frente al espejo, en la sala de maquillaje, fumando. Fuma y repasa el libreto, fuma y le da instrucciones a la productora, fuma y prepara su vestuario.

Jorge Lanata se ha puesto en el centro de la noticia por las repercusiones que ha causado Periodismo para Todos, que transmite el Canal 13 en vivo, todos los domingos a las 10 de la noche, y que marca la sintonía más alta de la televisión argentina, con peaks que superan los 30 puntos de rating y cuyos ecos han llegado incluso a Chile.

-¿No se ve el programa en Chile? -pregunta.

-No.

-¿No lo transmiten por cable?

-No

-Entonces, por qué me llaman tanto. Qué raros son ustedes. A mí todavía me cuesta mucho entender a Chile. Me parece raro que tengan una calle con el nombre de monseñor Escrivá. Me parece raro que a estas alturas del siglo estén discutiendo sobre el derecho a una buena educación pública. Y me parece que el modelo chileno es muy interesante, pero no funciona si tenemos en cuenta a los pobres. O sea, que todo está bien, pero lástima que hay pobres. ¿Me entiendes?

Lanata se ha transformado en un factor clave de la política argentina. Cada domingo, desde hace seis programas, sus denuncias de corrupción y lavado de dinero contra el gobierno marcan la pauta de la prensa del país, que durante toda la semana no habla de otra cosa. Los analistas lo apuntan como el responsable de la disminución de popularidad de Cristina Fernández, la gente dice que tiene a un par de ministros y a varios funcionarios estatales pendiendo de un hilo y la prensa extranjera lo ha bautizado como "el látigo de los Kirchner".

Su programa mezcla stand up, sketchs e información dura, y mientras se maquilla, fuera del estudio se preparan los actores: para esta ocasión hay una actriz que hace de Cristina, otro que hace de su hijo Máximo, otro vestido como el Papa Francisco, y un actor que imita al propio Lanata.

El programa anterior, el periodista lo había despedido diciendo que a lo mejor era el último, porque el gobierno se preparaba para intervenir el grupo Clarín, la empresa periodística a la que pertenece canal 13. Pero finalmente no ocurrió. Así que esta...

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