Inmigrantes en territorios de frontera. La ciudad de los otros. Santiago de Chile. - Vol. 40 Núm. 120, Mayo 2014 - EURE-Revista Latinoamericana de Estudios Urbanos Regionales - Libros y Revistas - VLEX 636155461

Inmigrantes en territorios de frontera. La ciudad de los otros. Santiago de Chile.

AutorMárquez, Francisca

RESUMEN | En este artículo se aborda la construcción y génesis de territorios de frontera por parte de inmigrantes en Santiago de Chile, específicamente en La Chimba, al norte del río Mapocho. Se analiza este habitar de frontera desde evidencias de la historia, la sociología, georreferenciación y etnografía. La tesis central dice que el habitar de frontera se crea y se transforma en fuente de poder y ejercicio ciudadano, cuando la configuración de los territorios que cobijan a los inmigrantes es capaz de alimentar y ensanchar el campo de lo posible, más allá de la sobrevivencia. Se concluye que en La Chimba, la realización de la vita activa en los migrantes se levanta sobre una paradoja: cobijo y arraigo (condición de comunidad y redes de protección); itinerancia y movimiento (condición de translocalidad y conectividad). Esta paradoja resguarda la identidad de los habitantes en la multiculturalidad, pero a su vez abre la conectividad más allá de las fronteras del barrio, de la ciudad y la nación.

PALABRAS CLAVE | cultura urbana, imaginarios urbanos, migración.

ABSTRACT | The article deals with the genesis and building of frontier territories by immigrants Santiago de Chile, specifically in La Chimba, north of the Mapocho River. The settling of this frontier territory is analyzed based on historical, sociological, georeferencing and ethnographic evidence. The central thesis suggests that frontier living is created and becomes a source of empowerment and citizenship when the conformation of the spaces that are host to the immigrants and provide them with protection are able to nourish and broaden the field of possibilities beyond mere survival. The conclusion is that at La Chimba, the active and fulfilling lives of the immigrants rise from a paradox: the possibility of finding shelter and setting roots (conditions determined by a sense of community and social safety nets), on the one hand; and itinerants and movement (conditions of transcending constraints of local identity and achievement of connectivity), on the other. This paradox assures the preservation of the inhabitants' identities within a multicultural environment while maintaining fluidity of connections with situations beyond the frontiers of the neighborhood, the city and the country.

KEY WORDS | urban culture, urban imagery, immigration.

Introducción

Esta investigación aborda la pregunta por la construcción y génesis de "territorios de frontera" por parte de inmigrantes en La Chimba, al norte del río Mapocho de la ciudad de Santiago. Territorio de fronteras físicas y simbólicas, La Chimba se levanta históricamente como territorio privilegiado para observar las huellas y marcas identitarias que inmigrantes de nuestra ciudad dejan tras de sí en sus desplazamientos y ocupaciones cotidianas al otro lado de la angosta franja del río Mapocho.

Desde evidencias de la historia, la etnografía y georreferenciación se concluye que las referencias territoriales en espacios de frontera y la presencia inmigrante están signadas por la memoria nostálgica del terruño que se dejó atrás, pero también por las prácticas de integración a la ciudad. Se trata de desplazamientos, ocupaciones y prácticas cotidianas que no se orientan solo por la necesidad de sobrevivencia en sentido estricto, sino también por la posibilidad de que el territorio de acogida otorga para producir y significar un modo de habitar otro, distinto al de los residentes originarios, propio.

Sin embargo--y es la tesis central de esta investigación--, sus posibilidades no terminan ahí. Las identidades territoriales de frontera nacen, se crean y se transforman en fuente de poder y de ejercicio ciudadano cuando la configuración de los territorios que las cobijan son capaces de alimentar y ensanchar el campo de lo posible, más allá de la sobrevivencia.

La investigación muestra que la realización de la vita activa (trabajo, acción y obra, en el sentido que le da Arendt, 1983) en estos territorios de frontera depende de la realización de una paradoja: la posibilidad de cobijo y arraigo (condición de comunidad y redes de protección) y, a la vez, de itinerancia y movimiento (condición de translocalidad y redes que articulen a la ciudad y a otras naciones). En este sentido, el carácter de territorio de frontera estaría dado justamente por un doble movimiento: por una parte, el resguardo de sus habitantes en la multiculturalidad; y por otra, la posibilidad e invitación a la conectividad más allá de las fronteras del barrio, de la ciudad y de la nación. Cuando estas condiciones se cumplen--resguardo en el nosotros y conectividad a los otros--la soberanía sobre el propio territorio se asienta, y las sombras de la estigmatización se diluyen.

El objetivo de este artículo es reconstituir de manera comprensiva los procesos temporales y espaciales mediante los cuales, a lo largo de los siglos xx y xxi, olas de migrantes se instalan, ocupan y marcan el territorio de La Chimba (los barrios Recoleta e Independencia), transformándolo en un territorio de frontera; esto es, simultáneamente territorio de cobijo y de apertura a la ciudad y al mundo.

El método es fundamentalmente cualitativo, y se ubica en lo que De Certeau (1999) denominó la socioetnografía, a medio camino entre la sociología y la etnografía, de modo de evitar la discursividad indefinida. La investigación hace dialogar la información objetiva de este territorio de La Chimba para posibilitar la "escenificación de la vida cotidiana" y dar paso a la observación de las acciones y tácticas de los migrantes.

La Chimba, territorio de frontera

La ciudad difícilmente puede ser comprendida como el lugar del orden y la coherencia; ella es el lugar, por definición, de la deliberación, de la participación, pero también de la experimentación de la diferencia (Sennet, 2003), de la multiculturalidad (García Canclini, 1995) y la sobreabundancia de sentidos (Augé, 1992). La densidad de interacción, el intercambio y el movimiento son rasgos inherentes a ella, al igual que la presencia de fronteras geográficas y simbólicas como las que conocemos en nuestra ciudad de Santiago.

La Chimba, al norte del río Mapocho, ha sido históricamente nuestro "otro lado" (Figuras 1 y 2). Aun cuando las investigaciones historiográficas enfocadas en los procesos territoriales y urbanos evidencian que desde la canalización del río, a finales del siglo xix, La Chimba y el Mapocho paulatinamente se fueron integrando a la ciudad en lo vial y cultural (Castillo, 2012), lo cierto es que, hasta la actualidad, la angosta franja del río marca la frontera entre la ciudad propia y la ciudad bárbara. Desde su origen, en la Colonia, se instalaron allí, material y simbólicamente, lo que el centro de la ciudad niega: los cementerios, los hospitales, los mercados de abastos y los inmigrantes empobrecidos en busca de mejor fortuna. La Chimba, aldea de indios, ha sido durante cuatro siglos y medio frontera, trastienda, pero también cobijo y lugar de la diversidad. Ella no solo pervive en la segregación simbólica de los muertos al otro lado del río Mapocho, territorio de los esencialmente otros, sino que se perpetúa en poblaciones que en su mixtura mantienen la vitalidad de este territorio (Romero, 1997). Y aun cuando en la actualidad las orillas del río Mapocho evidencian una "apropiación" y urbanización, las evidencias etnográficas indican que, en términos del habitar, al lado norte del río, la "otredad" se persevera en el modo de ocupar, construir, trabajar y ordenar la espacialidad. La Chimba desafía la planificación central y se vuelve emblema de una cierta autarquía. Si el centro de Santiago es la cara de la legalidad y la civilidad, La Chimba es históricamente espalda, contracara y reverso; una ciudadela paralela al otro lado del río.

Geográficamente es el río Mapocho el que fija la frontera, línea divisoria que establece un adentro y un afuera, borde visual hasta donde se llega, pero también desde donde se parte. Borde que fija un territorio de frontera, entendido como el lugar donde se distingue el nosotros de los otros', lugar vago e indeterminado que habla de un estado permanente de transición. Sus habitantes son los que atravesaron esa frontera, los raros, los molestos, los indeseados, los mulatos, los indios, los muertos, los locos, los extranjeros; aquellos que ya cruzaron la frontera o caminan por el precario límite de lo normal (Anzaldúa, 1999). La Chimba se levanta como un territorio físico y simbólico en el que se configuran los referentes identitarios que darán forma a la ciudad de los otros. Esta investigación se ubica justamente en la pregunta por la otredad urbana que representan los migrantes en este territorio de circulación y frontera.

[FIGURA 1 OMITIR]

[FIGURA 2 OMITIR]

Tiempo y espacio del habitar en territorio de frontera

El territorio de frontera se constituye por definición junto a la figura del extranjero, en los términos de Georg Simmel (1998). Es decir, "el que viene hoy y se queda mañana", pero siempre el inmigrante en potencia para quien la proximidad y la distancia constituyen dimensiones esenciales y conflictivas en su relación con la ciudad. La movilidad y los contactos ocasionales son dos rasgos constitutivos que marcan la relación del extranjero con el territorio de acogida. En este sentido, la migración es la ausencia de vinculación permanente con un punto del espacio, pero su gran potencial es que, en este movimiento, el inmigrante introduce nuevas cualidades y recursos al espacio de acogida. En esta relación ambigua de distancia y proximidad con la ciudad que lo acoge, el extranjero fija su particular y precaria existencia. Y como todo aquel que está de paso, el extranjero puede ser simultáneamente confidente y objeto de sospecha. Su relación con la sociedad es, por definición, un ejercicio problemático.

Porque el inmigrante circula entre espacios jurídicos, territoriales e identitarios que le son ajenos, su figura cuestiona y desnaturaliza los consensos...

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