Informe del INDH revela impactantes testimonios de víctimas de la violencia en La Araucanía - 22 de Mayo de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 640213913

Informe del INDH revela impactantes testimonios de víctimas de la violencia en La Araucanía

Lo dice un informe del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH). Organismo que por primera vez desde su creación, en 2010, analiza en detalle la situación de las víctimas "no indígenas" frente a la violencia que desde hace casi dos décadas golpea a esa parte del país.

"Mis hijos van con chaleco antibalas al colegio, porque el camino de nosotros tiene mucho bosque", se lee puntualmente en el reporte, aprobado por el consejo de la entidad el 28 de marzo pasado.

Hasta ahora, el INDH se había enfocado primordialmente en los mapuches. Como evidencian las intervenciones de algunos consejeros en las sesiones del organismo. O las acciones judiciales en favor de los indígenas (ver relacionado).

El contenido del documento se conoce en momentos en que los atentados arrecian en la zona: una vasta extensión que incluye a La Araucanía, así como el sur y el norte de las regiones del Biobío y de Los Ríos, respectivamente.

El caso de los niños que se enfundan en chalecos antibalas para ir a clases es apenas una de las manifestaciones del clima de temor que develan las víctimas en el estudio del INDH. Hablan igualmente del "miedo" de los carabineros frente a los violentistas. De jinetes que irrumpen de noche en los potreros para quemarlos "al galope". De la ansiedad que los hace levantarse hasta "seis veces" por la madrugada...

"Para ellos (los mapuches) es todo gratis"

El reporte se estructura sobre la base de testimonios recogidos en terreno durante 2014. El INDH hizo 11 entrevistas individuales o colectivas, tanto a víctimas como a entidades que los representan. En el grupo se cuentan propietarios agrícolas -grandes, medianos y pequeños- de Angol y de Ercilla (IX Región).

Ante el instituto, las personas reivindican su condición de dueños de las tierras, de contribuyentes y de "llevar generaciones viviendo" allí.

Sienten que están en una posición desventajosa frente a los indígenas. Y apuntan a una "discriminación": Para nosotros no hay ninguna ayuda (...) Para ellos (los mapuches) es todo gratis", se quejan en una parcela.

"Gente que no quiere hablar, porque se larga a llorar"

En medio de la violencia, advierten, existe el peligro de que algunas víctimas, cansadas de esperar, terminen buscando la justicia por sí mismas: "Hay gente que no quiere hablar porque se larga a llorar, (...) hay otras personas que lo único que quieren es meter bala".

Son especialmente críticos a la hora de evaluar la política estatal de entrega de tierras a los indígenas, a cargo de la Conadi. Principalmente, porque ven en ella una especie de círculo vicioso, en el que la cesión de predios incentivaría la violencia, en vez de aplacarla. "Estuvimos con una comunidad que nos dijo: 'Sí, nosotros estuvimos esperando 8 años hasta que nos aprobaron el campo, lo hicimos sin violencia, pero ya estábamos a punto de usar la violencia; si no, no se consigue nada' ", cuentan en la Sofo, entidad que aglutina a los agricultores de Temuco.

"Empezamos a ser los malos"

En la zona relacionan el inicio de la violencia con la entrada en vigencia de la Ley Indígena, a fines de 1993. Cuando se comienza a hablar de la "usurpación" de las tierras y de su "restitución": "Y empezamos a ser los malos de la película", se lamenta un agricultor.

El informe consigna testimonios de que incluso los propios indígenas "aconsejan" a los propietarios para que vendan sus predios: "(Llegan) dos personas mapuches en moto preguntando si vende, porque si no lo vende, después van a llegar otros melenudos, chascones, que son más violentos".

Pero lo que más inquieta a los...

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