Humankind: la vergüenza de la naturaleza humana
| Autor | Juan Ignacio Eyzaguirre |
| Cargo | Ingeniero civil y columnista |
| Páginas | 19-20 |
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¿Cuándo fue la última vez que me
ruboricé?, me pregunté preocupado
mientras leía Humankind, A Hopeful
History1. Mientras mi memoria sorteaba
una respuesta, comencé a sonrojarme
y luego suspiré aliviado. La vergüenza
y su expresión serían, según Rutger
Bregman, el mecanismo que nos dife-
rencia de los animales, que regula nues-
tro comportamiento y que evidencia
bondad en la naturaleza humana.
Humankind es un libro refrescante y
contingente. Propone un nuevo realis-
mo: “la mayoría, en su fuero interno,
es gente decente”, para hacer frente
al paradigma intelectual y cultural que
nos ha hecho creer en una naturale-
za humana vil, lo que habría afectado
cómo nos tratamos y comportamos,
creando las bases de una triste profecía
autocumplida.
Ante la pregunta: ¿somos buenos o
malos? La prevalencia de Hobbes,
Maquiavelo, Lutero, Calvino, Burke,
Bentham, Nietzsche y Freud sobre una
naturaleza vil, cínica y egoísta prevalece
frente a las miradas más compasivas.
Recientemente, una serie de experi-
mentos que demostraban sumisión
corderil a infligir dolor (electrocución
Milgram), la sombría degeneración del
poder (experimento de la prisión en
Stanford) o la ineludible violencia tribal
han calado profundo en el mundo inte-
lectual contemporáneo. Bregman, con
la minucia del historiador, hurga en los
detalles de estos estudios y levanta
fuertes críticas metodológicas llegan-
do a acusarlos de fraude intelectual.
Como parte de su esfuerzo desmiti-
ficador, el autor desenmascara a El
Señor de las Moscas, la clásica novela
de William Golding que relata cómo las
pulsiones violentas y asesinas domi-
nan a un grupo de escolares náufragos
en una isla desierta. El curioso autor
holandés revela un naufragio real en un
islote cercano a Tonga, donde en lugar
de violencia y traición, el desenlace es
una historia de amistad y lealtad entre
el grupo de niños perdidos.
Entre los culpables, arguye el autor,
debemos apuntar a los medios de comu-
nicación, pues sus noticias dan la impre-
sión de que el mundo empeora y se cae
a pedazos. El problema es que el cinis-
mo, la misantropía y el pesimismo son
noticia, mientras las vidas decentes rara
vez lo son. De cerca es fácil asumir que
la gente es decente, pero para el resto
la sospecha se impone. Nassim Nicholas
Taleb coincide afirmando que “no somos
suficientemente racionales para estar
expuestos a la prensa”. Así persiste el
mito de una naturaleza humana egoísta,
agresiva y pronta al pánico.
El gran problema, explica el autor, es
que “cuando creemos en algo firme-
mente, se vuelve en realidad. Si cree-
mos que no se puede confiar en la
gente, así es como nos tratamos, para
el detrimento de todos. Pocas ideas
definen tanto nuestro mundo como
nuestra mirada de los otros.”
Pero obviamente no somos ángeles,
sino capaces de vilezas y crueldades.
Somos creaturas complejas. Con un
lado bueno y otro no tanto. Un antiguo
mito describía el alma humana como
una incansable batalla de dos lobos,
uno bueno y otro malo. Advirtiendo que
el lobo ganador será aquel que alimen-
temos. Ese es el punto de Humankind,
recordarnos cuál de esos lobos alimen-
tamos cuando interactuamos.
El libro se antepone a varios paradig-
mas culturales e intelectuales con argu-
mentos contundentes y documentados.
Bregman no se amilanada al enfrentar
a Yuval Noah Harari, Jared Diamond,
Steven Pinker o Richard Dawkins. Su
cuestionamiento a este último es parti-
1 Reciente traducción “Dignos de ser humanos”.
LECTURA RECOMENDADA
19
Humankind:
la vergüenza de la naturaleza humana
Lectura recomendada | Juan Ignacio Eyzaguirre | Ingeniero civil y columnista
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