En la huella de los baqueanos de Melipeuco - 3 de Julio de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 644322509

En la huella de los baqueanos de Melipeuco

Los versos, que terminan con un brindis sin copas -pues el vino aquí se bebe en bota-, son una forma más de celebrar una particular actividad que ha reunido a los baqueanos de Melipeuco, hombres y mujeres que, arriba de un caballo, todavía recorren los caminos perdidos en esta parte de La Araucanía Andina. Se trata de una cabalgata de 30 kilómetros por los senderos de la Reserva Nacional China Muerta hasta el sector de Loncotriuque, organizada por la Agrupación de Baqueanos de Melipeuco y la municipalidad de la comuna. Un evento que tiene como objetivo no solo fortalecer la cultura baqueana y dar a conocer esta ruta a los visitantes, sino que sobre todo crear conciencia acerca de la conservación de esta reserva natural, que el año pasado fue arrasada por un incendio que, según las estimaciones de Conaf, consumió 6.599 hectáreas de bosques. Es decir, casi la mitad de su superficie total.

Pero todo comienza esta noche, alojando en la cordillera, en el puesto de los Díaz, el lugar de encuentro de los 150 baqueanos, 98 caballos e incontables invitados que participarán de la cabalgata. A las siete de la tarde, mientras el sol se esconde en un entorno verde, resguardado por las araucarias, el lugar comienza a llenarse de caballos. Un niño con su padre toman dos baldes colmados de piñones, que recogieron en los alrededores. Más allá, un hombre corta leña de manera furiosa, pero prolija, dejando caer el hacha con fuerza y dando un certero golpe en el centro de cada trozo, que salta y se amontona a su alrededor. Escenas típicas de la cultura baqueana, que aún subsiste en la zona.

"El baqueano es el que recorre el territorio y conoce los caminos", dice Aníbal Tagle, presidente de la Agrupación de Baqueanos de Melipeuco, con el mate en una mano y un cigarro en la otra. "Es el que sabe adaptarse a las distintas situaciones del clima. Puede que nieve o se ponga a llover y hay que buscar dónde cobijarse. El baqueano tendrá sus guaridas".

Comienza a oscurecer. El primer cordero ya fue sacrificado y con su sangre se ha preparado un suculento ñachi (comida de origen mapuche, similar a las prietas), que es devorado por un grupo de comensales. Dentro de una pequeña casa, equipada con una cocina a leña, un grupo de mujeres cortan frutillas en pequeños pedazos para preparar el borgoña que acompañará la comida, que también incluirá cazuelas de vacuno y cordero al palo. Al anochecer, las únicas luces del lugar abierto son las fogatas donde se reúnen los baqueanos...

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