La histórica seducción de San Miguel de Allende - 11 de Enero de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 552183266

La histórica seducción de San Miguel de Allende

Los que encantan, en cambio, son jodidos. "¿Por qué no llegué antes?", dices. Es el instante en que el gran viaje se transforma en un gran problema. Te quieres quedar a vivir ahí. Ahora. Ya.

San Miguel de Allende, tres horas al noroeste de Ciudad de México, es un ícono mundial de los destinos del tipo "me quiero quedar". A San Miguel de Allende, de hecho, la gente no viene a vivir: viene a morir.

Varias razones lo explican.

La primera es la que podríamos llamar: "el factor ferretería". En San Miguel de Allende nadie se pregunta si hay buenos colegios o universidades. Lo que importa (y créanme que importa) es que las ferreterías son sofisticadas y en ellas es fácil conseguir todo lo necesario para transformar una simple casa en una casa excepcional. Así, hasta en la más simple ferretería de barrio se pueden encontrar desde electrodomésticos Bosch de acero inoxidable hasta spas ThermoMasseur con poderosos chorros para la bañera.

Pasa en toda la ciudad. En San Miguel de Allende las casas están exactamente igual a como eran cuando se construyeron unos 300 o 400 años atrás. Por dentro, sin embargo, el sereno diseño colonial convive con domótica de última generación. Y eso, en buena parte, es lo que explica que celebridades como Mick Jagger, Spencer Tunick o Naomi Campbell hayan comprado casa en este lugar.

Hay una segunda razón. San Miguel de Allende tiene todo lo que uno podría imaginar que debiera tener México, pero concentrado. Y en eso no hay engaño. Uno llega y, en un dos por tres, ve todo lo que hay que ver: muchos cactus, calles de tierra o empedradas, puertas de colores, iglesias del año de la pera.

Luego de que Robert Rodríguez filmara El Mexicano, la última parte de su trilogía, en San Miguel de Allende (con un notable reparto que incluía a Johnny Depp, Mickey Rourke y Enrique Iglesias, entre muchos otros nombres conocidos), un periodista le preguntó: "¿Por qué en San Miguel?". La respuesta de Rodríguez no se hizo esperar: "Porque tiene todo -dijo- lo que uno piensa que debe tener México".

¿Y qué sería eso? Supongo que caminos viejos, muebles pintados en múltiples tonos alegres, edificios antiguos. Y, bueno, absoluta libertad un paso más allá de la frontera. Más -claro- elegantes hoteles con camas cubiertas de finos edredones y jardines delicadamente perfumados por jazmines.

El año 2013, los lectores de la revista Condé Nast Traveler respondieron una encuesta sobre cuál era la mejor ciudad para viajar. La respuesta no se hizo esperar y...

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