Gratuidad y autonomía educacional - 28 de Julio de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 579243658

Gratuidad y autonomía educacional

La propuesta de gratuidad para la educación superior difundida por el Ministerio de Educación anticipa exigencias a las instituciones educacionales que en la práctica suponen una definición estatal de una serie de aspectos que son propios de la autonomía de ellas.

En América Latina en 1950 los estudiantes que accedían a la educación superior no superaban los 300 mil y estaban matriculados en 75 instituciones. En la actualidad, el número de estudiantes es cercano a los 24 millones y están matriculados en casi 15 mil instituciones de educación superior, un poco más de un cuarto de las cuales son universidades y la mayoría de carácter privado, aunque existen diferencias importantes entre países. Así, el sistema de educación superior latinoamericano ha dejado de ser selectivo y homogéneo. Conviven en los distintos países instituciones heterogéneas y con misiones muy distintas. En ese sentido, Chile no es un caso especial e insistir que nuestro sistema de educación superior es único en el mundo, resultado de una visión ideológica mercantilista, no tiene asidero. Por cierto, a pesar de este contexto similar, hay diferencias relevantes que no se pueden dejar de lado al momento de compararlos. Pero, más allá de estas, en ninguno de ellos hay, en estricto rigor, la gratuidad universal que promueve el Gobierno.

Cumplir este propósito es muy complejo no solo por los recursos involucrados, sino porque no hay experiencias de esta naturaleza y, además, la diversidad del sistema no permite una solución indiscutible. Transcurrido un tercio del Gobierno son muy insuficientes y vagos los criterios que ha esbozado la autoridad para avanzar en la definición de la gratuidad. Hace poco ha circulado un documento conocido como "Bases para una reforma del sistema nacional de educación superior", muy incompleto, que impide a los diversos actores y a los expertos anticipar los cambios que se espera concretar. En lo referido a cómo se definirán las asignaciones por gratuidad, se propone un modelo de costos de escasa aplicación práctica en un sistema heterogéneo como es el de la educación superior chilena. Estos esquemas operan donde los servicios valorados son muy homogéneos, como sucede en la distribución eléctrica...

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