El 'Graf Zeppelin', el portaaviones de Hitler que nunca entró en combate - 7 de Diciembre de 2013 - El Mercurio - Noticias - VLEX 480016686

El 'Graf Zeppelin', el portaaviones de Hitler que nunca entró en combate

Esa fue la principal motivación para ordenar la construcción del primer portaaviones de la Alemania nazi: el "Graf Zeppelin", un navío que sería el primero de cuatro, pero que acabó siendo el único de su clase.

A diferencia de Estados Unidos, Japón y Gran Bretaña -que para la época ya contaban con varios portaaviones operativos-, Alemania no tenía experiencia en la construcción, equipamiento o navegación de estos buques. Y por eso, una de las primeras medidas fue enviar una delegación a Japón para estudiar sus métodos de construcción.

En ese entonces Japón -que en 1941 utilizaría nada menos que seis portaaviones para atacar la base estadounidense de Pearl Harbor- ya era una potencia naval consolidada y en expansión por el Pacífico.

La quilla del "Graf Zeppelin" fue armada en diciembre de 1936 en el astillero Deutsche Werke de la ciudad alemana de Kiel, a orillas del mar Báltico. Y fue botado dos años después, el 8 de diciembre de 1938.

La construcción de portaaviones era parte del llamado "Plan Z" del almirante Erich Raeder -máximo comandante de la Kriegsmarine-, que buscaba el rearme de la Armada con la construcción de grandes buques de guerra.

"El almirante Raeder creía en una Armada de naves de superficie rápidas y con gran poder de fuego", dice a "El Mercurio" John Maurer, director del Departamento de Política y Estrategia en el Naval War College de Newport, Rhode Island. "Pero la guerra comenzó antes de que Alemania pudiera completar los planes para su nueva Armada".

Raeder tuvo que lidiar con el poco entusiasmo de Hitler por los portaaviones. El Führer estaba más inclinado a destinar recursos y presupuesto al Ejército y sus fuerzas mecanizadas, así como a la Fuerza Aérea (Luftwaffe) de Hermann Göring.

Para 1941, los trabajos en el "Graf Zeppelin" se habían completado en un 85%. Raeder aseguraba que se necesitaría un año más para que el portaaviones estuviera operativo y otros doce meses para realizar todas las pruebas en mar abierto y de vuelo. Sin embargo, sus planes se encontraron con la abierta oposición de Göring, quien desestimaba la idea de que la Armada contara con su propia rama aérea e insistía que los pilotos del portaaviones estuvieran bajo órdenes de la Luftwaffe.

"La rivalidad con la Luftwaffe privó a la Kriegsmarine de los recursos para contar con aviones embarcados", agrega Maurer. "No era poco común que los partidarios del...

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