Genocidio armenio: un crimen sin palabras - 5 de Abril de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 563580750

Genocidio armenio: un crimen sin palabras

Y no las había.

Hasta los crímenes de la Alemania nazi, el genocidio -acciones que buscan eliminar total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso- era una realidad sin una palabra. Eran atrocidades, barbarie, crímenes contra la humanidad, incluso se recurría a la Biblia y se hablaba de holocausto (no solo en el caso judío).

Sin embargo, en 1942, Raphael Lemkin -un abogado judío-polaco, especialista en derecho internacional- juntó la raíz griega "genos" (grupo) con el verbo latino "caedere" (matar), para dar nombre a lo que no tenía nombre: genocidio. ¿Por qué se interesó por este asunto", le preguntaron años después. El respondió: "Porque ha pasado muchas veces. Primero ocurrió con los armenios y después Hitler llevó a cabo el suyo".

¿Qué ocurrió con los armenios?

En 1915 el imperio otomano casi exterminó a su población armenia, concentrada principalmente en la parte oriental de Anatolia (donde llevaban unos 2.500 años). Las fotografías de la época muestran pilas de cadáveres, mujeres crucificadas, montones de cabezas sin sus cuerpos, niños desnutridos, masas dejando sus hogares con poco más que lo puesto, trenes abarrotados hasta a la asfixia. Los diarios de la época hablan de "horrores", y de que "se acusa a los turcos de elaborar un plan de exterminio de la población".

El próximo 24 de abril se cumplirán cien años desde que ocurrieron esos hechos. Sin embargo, todavía hoy Turquía niega que se haya tratado de un genocidio y lo atribuye, más bien, a daños colaterales propios de la Primera Guerra Mundial. Y algunos de sus aliados -como Estados Unidos, Israel e Inglaterra- secundan a la nación euroasiática evitando usar la "palabra con g" para calificar esos crímenes. Según dijo un diplomático turco en 2000: "La pregunta crucial es: ¿por qué los armenios no están satisfechos con las palabras 'tragedia', 'catástrofe' o 'desastre' e insisten en la palabra 'genocidio'?"

El enfermo de Europa

Hay quienes dicen que la Primera Guerra Mundial fue el conflicto por la sucesión del Imperio Otomano. El Estado multiétnico y multiconfesional que en su apogeo llegó a regir en tres continentes -desde el sureste europeo hasta el medio oriente y el norte de África- llevaba alrededor de un siglo de progresiva decadencia, rematados en 1912 y 1913 con la pérdida de sus dominios en los Balcanes.

Era "el enfermo de Europa" y, su declive, "la cuestión oriental", recuerda Joaquín Fermandois, historiador de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

A fines del siglo XIX -en medio de ideas ilustradas y del surgimiento de los nacionalismos en Europa-, la minoría armenia del Imperio Otomano (unos dos millones de cristianos) comenzó a demandar igualdad de derechos frente a la población turca musulmana. En respuesta a esas reivindicaciones y manifestaciones, el sultán Abdul Hamid II ordenó a su ejército reprimir las protestas, con el resultado de 200 mil a 300 mil muertos entre 1894 y 1896.

Muchos lo consideran un antecedente de lo que ocurriría en 1915. También hubo una matanza de 30 mil armenios en 1909.

En 1908, con la idea de detener el declive del imperio, un grupo de reformadores, el Comité de Unión y Progreso (CUP), conocidos como los "Jóvenes Turcos", llegó al poder en una revolución pacífica que sacó al sultán. Tenían un discurso progresista, hablaban de instaurar una monarquía parlamentaria y de otorgar derechos a las minorías no musulmanas (griegos, armenios, asirios, judíos) para resolver las tensiones al interior del imperio.

Pero no era una visión unánime entre los revolucionarios.

En 1912, de la mano de los ministros o pashás Mehmet Talat, Ismail Enver y Ahmed Cemal, y luego de que el imperio perdiera los Balcanes asumió el poder el ala radical nacionalista del CUP. Y con ellos, el "turquismo" como...

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