Gasto público en educación superior: sin margen para seguir incrementándolo - Núm. 1390, Marzo 2019 - Temas Públicos - Libros y Revistas - VLEX 773188737

Gasto público en educación superior: sin margen para seguir incrementándolo

LIBERTAD Y DESARROLLO
TEMAS PÚBLICOS
www.lyd.org
1390 - 1
15 de marzo de 2018
ISSN 0717-1528
1
GASTO PÚBLICO EN EDUCACIÓN SUPERIOR:
SIN MARGEN PARA SEGUIR INCREMENTÁNDOLO
Esta semana la prensa informó de 27 mil alumnos que este año perderán el
beneficio de la gratuidad por haber superado la duración nominal de su carrera
i
.
Esto ocurre porque así lo indica la ley, además de establecer que, tras dicho período,
el costo del arancel debe ser asumido en partes iguales por la institución de
educación superior y el alumno. A raíz de esta noticia, inmediatamente salieron
parlamentarios y rectores de universidades en gratuidad a pedir que se modifique
la ley y se extienda el plazo de duración del beneficio, imponiendo al Estado un
financiamiento mayor al que ya está realizando.
En el contexto de esta discusión, en el presente documento realizamos un análisis
del financiamiento público de la educación superior tanto desde la perspectiva del
presupuesto fiscal como de los ingresos operacionales de las universidades. Ello nos
lleva a dimensionar el enorme esfuerzo que los chilenos ya estamos realizando a
través del Estado y el escaso margen que queda para seguir aumentando el gasto
público en este nivel educativo.
En 2018 el gasto público para educación superior llegó a $ 1,6 billones, creciendo desde 2010
a una tasa de 13,3% promedio anual, lo que se debe principalmente a la mejora en las ayudas
estudiantiles.
En paralelo, el número de alumnos de pregrado creció 5 ,7% promedio anual, es decir, el alza
en el gasto público ha sido mayor al de los alumnos matriculados. Ello ha llevado a que hoy el
gasto anual por alumno de educación superior sea mayor al de los demás niveles educativos.
Asimismo, hoy una parte sustantiva de los ingresos operacionales de las universidades
proviene de aportes fiscales. Estos representan un 62,6% de los ingresos operacionales de las
universidades estatales, un 57,1% para las universidades privadas del CRUCh y un 43,4% para
las universidades privadas que no pertenecen al CRUCh pero que participan de la gratuidad.
Todo esto nos lleva a concluir que extender el período de duración de la gratuidad de la
educación superior, y con ello el gasto público, es una mala idea, para la cual no hay margen.

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