Financiamiento compartido de la educación superior entre el estado y los estudiantes: el caso de los créditos contingentes al ingreso - Núm. 160, Octubre 2016 - Serie Informe Social - Libros y Revistas - VLEX 651226953

Financiamiento compartido de la educación superior entre el estado y los estudiantes: el caso de los créditos contingentes al ingreso

AutorMaría Paz Arzola G. - Pablo Zárate C.
CargoIngeniera comercial con mención en Economía y magíster en Economía de la Pontificia Universidad Católica de Chile - Estudiante de Economía de la Universidad Georg-August de Göttingen, Alemania.
Páginas13-14
Libertad y Desarrollo
13
os sistemas de Educación Superior en el mundo han
debido enfrentar un incremento en los costos de
docencia e investigación, así como un aumento en
la demanda por acceder a este nivel educativo. Lo
anterior, en un contexto de gratuidad, en que los recursos
están limitados a la capacidad nanciera del Fisco, ha
llevado a la disyuntiva entre conformarse con que el sistema
educativo vea limitadas sus posibilidades de crecer o bien,
abrir paso al nanciamiento privado (por ejemplo, mediante
el cobro de mayores aranceles).
La idea de traspasar parte del costo de la Educación Superior
a los privados responde al hecho de que los estudiantes son
los mayores beneciarios de ella: mejores remuneraciones,
mejores condiciones laborales y en general, mayores
oportunidades de elegir durante su vida. Dichos benecios
se constatan incluso en la práctica, cuando observamos
que las familias y los estudiantes están dispuestos de
hecho a desembolsar recursos para nanciar su educación,
ya sea directamente a través de aranceles o indirectamente
mediante gastos relacionados y renunciando a trabajar por
un sueldo en lugar de estudiar24.
Los principales argumentos para aumentar la participación
privada en el nanciamiento de la Educación Superior -en
oposición a la gratuidad- tienen que ver con razones de
eciencia, equidad y necesidad25. Primero, la existencia de
un arancel que refleje los costos y los trade-off presentes
en la provisión de una carrera, posibilita una asignación
eciente de los recursos. Por el contrario, la aparente
gratuidad para los alumnos esconde el verdadero costo y el
valor de aquello a lo que renuncian una vez que optan por la
educación terciaria.
Segundo, es un hecho que dentro de la matrícula de la
Educación Superior hay una mayor presencia de alumnos
L
5. FINANCIAMIENTO COMPARTIDO
DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR ENTRE
EL ESTADO Y LOS ESTUDIANTES:
EL CASO DE LOS CRÉDITOS
CONTINGENTES AL INGRESO
provenientes de una mejor situación socioeconómica; no
sólo debido a su poder adquisitivo, sino también por el mayor
capital cultural familiar que repercute en sus hábitos de
estudio y expectativas. De esta forma, al destinar recursos
públicos al nanciamiento de este nivel educativo, se
benecia mayormente a los sectores más aventajados de la
población, usando para ello recursos que alternativamente
podrían dirigirse a apoyar los niveles educativos a los que
sí asisten los niños y jóvenes más desaventajados, o bien
otras necesidades sociales que estos pueden tener. Por
ello, la gratuidad constituye una redistribución contraria al
sentido de la equidad.
En tercer lugar, el avance hacia el nanciamiento compartido
de la Educación Superior se sostiene en la necesidad de
allegar una mayor cantidad de recursos que los que el
Estado por sí solo puede proveer. Especialmente cuando
hay una demanda por más vacantes, y a su vez, una larga
lista de otras necesidades que compiten por nanciamiento
público en áreas como vivienda, salud, infraestructura, etc.
Es por lo anterior que la gratuidad -es decir, la eliminación de
aranceles a cambio de que sean los contribuyentes los que
nancien la Educación Superior- no puede ser considerada
como una política apropiada, eciente, equitativa, ni
económicamente plausible. Excepto que se esté pensando
en un sistema pequeño que sólo pretenda atender a una
elite reducida26. Evidentemente no es la realidad hoy en día,
cuando cada vez más jóvenes (y adultos) tienen la legítima
aspiración de recibir una formación superior27.
En ese contexto, podemos decir que es la experiencia la
que ha ido resolviendo la disyuntiva planteada inicialmente,
a favor de que se permita el cobro de aranceles a los
estudiantes, de manera de incrementar los recursos en
educación y no limitar de antemano el crecimiento del
Chapman (1997) y Johnstone (2016).
24
Argumentos de Johnstone (2016).
25
Barr (1998).
26
Johnstone (2016).
27

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