La extracción que amenaza a un ícono del ecoturismo en Chile - 23 de Mayo de 2021 - El Mercurio - Noticias - VLEX 868044419

La extracción que amenaza a un ícono del ecoturismo en Chile

S olo llevaba unos minutos en el mar, pero lo que vio allí fue un espectáculo increíble. Justo frente a sus ojos, alrededor de 40 ballenas fin nadaban en el más absoluto relajo: giraban entre ellas, y seguían nadando, y de pronto salían a respirar a la superficie, y luego se volvían a sumergir en el azul profundo del Pacífico.Entonces el chileno Philip Hamilton, uno de los más destacados fotógrafos y documentalistas submarinos del mundo, autor y director de la premiada película sobre cetáceos Ocean Souls (2020), y quien ha recorrido el planeta para registrar la belleza de la flora y fauna del mar, entendió finalmente por qué Chañaral de Aceituno -el sitio donde se encontraba, en la costa de la Región de Atacama- era tan especial."He viajado por todo el mundo fotografiando ballenas y no existe otro lugar donde se pueda documentar algo parecido", asegura Hamilton, ahora desde la Costa Brava de Barcelona, donde está radicado, recordando el viaje que hizo el verano recién pasado al norte de Chile. "Jamás pensé que vería algo así. Estas ballenas se suelen agrupar de tres o cuatro individuos, pero en un día que estuve había 42. Y no solo eran ballenas fin: también había jorobadas, tres tipos de delfines, y antes habían visto orcas. Están todo el día allí. Un ecosistema único en el mundo, espectacular, de los potenciales más grandes que he visto".Sin embargo, la genuina emoción que Hamilton había sentido al presenciar tal espectáculo natural terminó como una bofetada.Cuando regresó al muelle de caleta Chañaral, lo que vio -dice- fue impactante: varios camiones, ayudados por una enorme grúa, descargaban toneladas de huiros o algas pardas, que recién habían sido extraídas a poca distancia de donde nadaban ballenas y delfines. Y lo seguirían haciendo todos los días que estuvo allí, uno tras otro, sin parar. Grandes camiones estacionados en el muelle, haciendo fila y esperando un nuevo desembarque."Cuando llegas a un lugar como este, una caleta a la antigua, donde todavía están los mismos barcos de colores, de repente quieres comprar pescado y resulta que lo traen de otro lugar, porque no hay pescadores", dice Hamilton. "Entonces te encuentras con algo muy atípico: una industria de la extracción de huiros, con pescadores que ahora son ejecutivos que van de tres en un barco, con un buzo, y salen en la mañana para sacar huiros, y están todo el día cargando y descargando en un doble tráiler".En solo unos días, Hamilton dice haber visto el futuro: un armonioso y bien desarrollado destino turístico de avistamiento de cetáceos, que es guiado por los propios pescadores locales en la Reserva Marina Isla Chañaral, en el archipiélago Humboldt. Pero al mismo tiempo, una enorme contradicción, ya que su hábitat -no la reserva misma, pero sí la costa cercana- está siendo destruido, un problema más que se suma a la amenaza de los megaproyectos minero-portuarios de Dominga y Cruz Grande, que se pretenden instalar en la zona. "Los bosques de huiro son el jardín infantil de muchísimas de las especies marinas. Y la analogía es la misma: si talas un bosque de alerces en la tierra, vas a afectar desde los mamíferos hasta los insectos. En el mar ocurre exactamente igual", explica.¿Podría esto provocar que las ballenas se vayan finalmente de Chañaral de Aceituno, y con esto termine la historia de uno de los mayores íconos del ecoturismo en Chile?La oceanógrafa Susannah Buchan, que lleva...

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