Las estrategias para atraer mujeres
Había alumnos colgados de cada palabra que pronunciaba el profesor.
Había alumnos colgados de Facebook.
Alumnos completamente colgados.
La clase era de introducción a las ciencias de la computación y las mujeres eran mayoría, por primera vez en la historia. De los 210 estudiantes, 106 eran alumnas.
En ese sentido, el curso era radicalmente distinto.
Excepcional, de hecho, para estándares estadounidenses. En este país, el género femenino acapara apenas un 18 por ciento de los títulos que se otorgan en esta carrera. No es que el porcentaje de científicas de la computación haya ido creciendo demasiado lento; es que incluso ha disminuido, si se compara con la proporción de mujeres que se graduaban de esta carrera a mediados de los 80, cuando ellas constituían casi un 40 por ciento.
Las causas de este descenso son múltiples, opina Telle Whitney, CEO del Anita Borg Institute, una organización que promueve la incorporación de más mujeres al mundo de la tecnología:
-En los 80, la informática era una nueva profesión, llena de oportunidades: era atractiva para cualquier persona que fuera buena en matemática. Pero en esa época comenzaron a pasar dos cosas. Primero, la computación entró a las escuelas de ingeniería, que ya tenían una imagen de lo que tenía que ser el perfil de un ingeniero. Segundo, nació el PC. Cada vez más gente tuvo un computador en su casa y su aplicación más popular eran los juegos, que atraían más a los niños. Se fue creando una imagen muy consolidada de lo que era un experto en computación. Y muchas mujeres sintieron rechazo frente a esa imagen.
Por eso el curso que dicta el profesor Daniel García, en la Universidad de California en Berkeley, hizo noticia en la primavera de 2013. Era un logro modesto, pero marcaba un avance que no se veía hace décadas.
Alto, delgado y miope, García mueve constantemente las manos mientras me explica de qué se trata su curso; partiendo por el título, The Beauty and Joy of Computing, que se traduce como "La belleza y la alegría de la computación".
-Antes este ramo se llamaba "Introducción a la programación simbólica". Imagínate. Con ese nombre no iba a atraer a demasiadas mujeres ni alumnos.
La idea de rediseñarlo se le ocurrió después de haber participado en un consejo que intentaba determinar cómo atraer a la disciplina a más alumnos de enseñanza media. Era una iniciativa que partió de la Fundación Nacional para la Ciencia, alarmada por el escaso número de estudiantes que tomaba dichos cursos, pues eran electivos, hasta ese momento. Y el problema que tenían, según García, es que en ellos la computación se equiparaba a la programación.
-En el sistema había algo roto. Entonces nos preguntamos, ¿qué tal si creamos un curso para todos los alumnos de enseñanza media, que sea accesible y que refleje la creatividad que implica esta disciplina? Porque esto es mucho más que escribir códigos; realmente puedes llegar a tener un impacto global en el mundo. Cuando vi los contenidos que generamos en el comité, corrí de vuelta a Berkeley y les dije que teníamos que rediseñar nuestro curso para los alumnos que no eran de esa especialidad -cuenta.
Así nació "La belleza y la alegría de la computación".
La gracia de este, explica durante la primera clase del semestre, es que ahí los alumnos aprenden de computación usando ambas mitades del cerebro. "El lado izquierdo, el analítico, que ejercitarán programando", dice, pero también el derecho, explorando "las grandes ideas de la computación", tratando de entenderla "en el contexto cultural de nuestra sociedad" y poniendo énfasis "en las...
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