La esquiva felicidad y la paradoja latinoamericana - 5 de Julio de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 576799002

La esquiva felicidad y la paradoja latinoamericana

Extractos de su dicurso

Hoy por hoy, gran parte de los países de la OCDE han incorporado la medición del bienestar subjetivo a su sistema de estadísticas nacionales. Lo mismo ha sucedido en Chile, cuando el gobierno anterior la incorporó a la encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen). Para los más incrédulos, sin embargo, la consagración definitiva vino cuando la prestigiosa Harvard Business Review, en 2012, anunció que "ha llegado el momento de reflexionar acerca de la noción de felicidad", ya que esta "puede tener un impacto tanto a nivel de las empresas como de los países". Y agregaba que "hemos aprendido ya una enormidad sobre cómo hacer a la gente más feliz. Seríamos estúpidos si no usáramos ese conocimiento"; para rematar con la siguiente sentencia: "Como sabemos, lo que se mide se gestiona".

Tratándose de medir, nada mejor que los economistas. De hecho estos desplazaron a los filósofos y psicólogos y tomaron el control de la "nueva ciencia". En los últimos veinte años se estima en más de mil los artículos publicados sobre la materia en los journals académicos más reputados del mundo, con uno especialmente dedicado al tema: el Journal of Happiness Studies.

La felicidad, en suma, se ha vuelto una causa universal, a la que se alude desde la política y la academia, desde los gobiernos y la empresa, desde el capitalismo y el comunismo.

Ser feliz trae beneficios, y la gente lo sabe. Así lo confirma la "nueva ciencia".

Su evidencia -como decíamos- se basa en el reporte directo que hacen los individuos encuestados a partir de la pregunta siguiente: "Tomando todas las cosas en su conjunto, ¿diría usted que es muy feliz, bastante feliz, no muy feliz o nada feliz?". Los llamados "datos duros" quedan aquí totalmente de lado. Lo mismo la noción de lo que "es" o "debería ser" la felicidad. Es un tipo de medición que se limita a capturar la experiencia subjetiva de cada individuo a partir de su propia escala de valorización.

La voluminosa evidencia así recogida indica que los individuos que se declaran más felices son menos depresivos, se casan más y se divorcian menos. Al mismo tiempo disponen de más amigos, son más cooperativos, participan más en las asociaciones comunitarias, hacen mejor su trabajo, les va mejor en su empleo y alcanzan por consiguiente mayores ingresos. Y por si lo anterior no fuera suficiente, poseen un sistema inmune más robusto, lo que los vuelve más saludables y longevos.

Sexo, familia y religión

Por el lado que se le mire, en suma, la felicidad parece ser un buen negocio. Lo es para las personas, las familias, las comunidades, las empresas, los países. No obstante lo anterior, es un recurso cada vez más escaso. Los países desarrollados, pese la ininterrumpida mejoría de sus condiciones materiales de vida, muestran un estancamiento y en algunos casos una declinación de sus niveles de bienestar subjetivo.

Esto ha conducido a la "nueva ciencia" a esforzarse por identificar los mecanismos que producen, o bien que alejan o disipan la felicidad. Algunas de sus conclusiones resultan obvias, como el hecho de que quienes disponen de buena salud son sistemáticamente más felices. También quienes...

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