El esperado retorno de Joane Florvil a Haití - 19 de Mayo de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 720859281

El esperado retorno de Joane Florvil a Haití

Joane está adentro de un ataúd y alrededor se escucha el traqueteo de grúas que cargan y descargan bultos. Su cuerpo está sobre un pallet en el medio de una bodega del Aeropuerto Toussaint Louverture de Puerto Príncipe, Haití, y un poco más allá se escucha el caos de la ciudad y los cientos de taxistas que se pelean a los pasajeros de los vuelos.

Realyno quiere ver más de cerca a su hermana. Quiere sentir su olor, tocarle la piel, pero no sabe cómo sacar el vidrio que la separa del exterior. Intenta forzarlo y luego simplemente lo rompe. En detalle, la piel de Joane suda, tal vez por los líquidos que le echaron días antes de enviarla, cuando la embalsamaron para evitar que su cuerpo se descompusiera por el calor. No es la misma de las fotos que tiene en su celular. Tampoco la que el 30 de agosto pasado apareció en televisión llorando, mientras dos policías la custodiaban esposada rumbo a la 44 Comisaría, acusada de haber abandonado a su hija de dos meses en la Oficina de Proyección de Derechos (OPD) de la Municipalidad de Lo Prado, y que un mes después murió.

Antes de llegar, Joane estuvo 220 días adentro de un congelador en el Servicio Médico Legal (SML) de Chile. Por unos instantes, Realyno duda que sea ella, pero el papel que le entregaron lleva su nombre. Debajo de la tela blanca que cubre el resto del cuerpo, y de la blusa blanca y la falda café con que la vistieron antes de enviarla, aparece la misma piel descompuesta y sudada que vio en su cara. -No tiene ojos, no tiene pulmones, no tiene corazón, no tiene riñones -dice minutos después.

La escena pone en su mente teorías imposibles de comprobar sobre las causas de muerte de su hermana. No solo cree que fue asesinada por el Estado chileno y las instituciones que intervinieron en su caso, sino que ahora especula que todo pudo haber sido parte de un horrible plan: "Para mí, que mataron a Joane para quitarle los órganos", asegura.

Antes que la funeraria recoja el cadáver, Realyno toma unas fotografías y graba un video como evidencia. El funeral, que estaba previsto para el día siguiente, tendrá que esperar. En este estado, el cuerpo no puede viajar las diez horas que separan Puerto Príncipe de Ouanaminthe, de donde es originaria la familia, un pueblo ubicado al norte del país en la frontera con República Dominicana. Verla así, sería otro duro golpe para Marie Suzie Caliste, la madre de Joane, que desde hace siete meses llora por el retorno de su hija. -Nos mandaron un cuerpo podrido, para que lo lleváramos al cementerio y lo enterráramos rápidamente. Chile no tiene respeto por el ser humano -agrega Realyno.

Joane deberá esperar cinco días más en una morgue privada de una funeraria, para ver si ellos pueden recomponerle el rostro. La ceremonia deberá aplazarse. Parece una mala broma, pero incluso estando en Haití, la joven deberá seguir aguardando para ser sepultada, otra vez en un congelador. Realyno le cuenta a su familia los detalles del retraso, sin entrar en pormenores escabrosos, y agrega que el ataúd en el que llegó el cuerpo ya no sirve. Entonces, Fareus Florvil, el patriarca del clan, decide comenzar a construir uno con sus propias manos.

Los FlorvilRealyno Florvil levanta la mano y sacude tres billetes de mil gourdes (unos 50 dólares), los de más alta denominación en el país: "Florvil, Florvil, Florvil... muchos Florvil", dice riendo. Luego estira uno de ellos y muestra la cara estampada de un hombre de piel negra, canas, bigote, y barba de chivo. Y más abajo el nombre: Hyppolite Florvil, ex presidente de Haití entre los años 1889 y 1896: "Nuestro apellido es importante, yo lo he dicho en Chile, pero no me creen... No somos cualquiera. No solamente tenemos poder, sino que también capacidad para sobrevivir", explica sin poder decir con exactitud cuál es el parentesco que su familia tiene con el personaje del billete.

En Ouanaminthe, los Florvil son una familia antigua. El origen está en el bisabuelo Alfa Florvil, que era dueño de varias parcelas y que al momento de su muerte tuvo como último deseo que nunca fueran vendidas a extranjeros. "Lakou" Florvil, como le llaman al terreno familiar de la herencia, queda dentro de Villa Canari, un sector ubicado antes de llegar a la plaza del pueblo. Las viviendas de la familia, de los hijos, de los nietos y los primos, están todas comunicadas por los patios y fueron construidas con klostra, que es una especie de ladrillo de cemento.

La principal característica del pueblo son sus motos. Tiene cerca de 20 mil habitantes y la gran mayoría de ellos trabajan como comerciantes y mototaxistas, llevando y trayendo personas y mercadería entre Haití y República Dominicana. En las calles de Ouanaminthe se pueden ver escenas dignas de un circo: motos cargadas hasta con 50 pollos amarrados como si fueran enormes alforjas de plumas, mujeres sentadas sobre sacos y con sacos en sus cabezas, e incluso hasta seis personas en un mismo vehículo, entre niños, jóvenes y adultos.Hay florviles que son motoristas y florviles para lo que se necesite: abogados, politólogos, mecánicos, agricultores, carpinteros, vendedores, pastores, policías y hasta uno que es diputado. Son un clan conocido y con recursos económicos por sobre la media de la población. Tiene un colegio donde estudian 300 alumnos, una iglesia llamada Jesucristo Buen Samaritano, y un orfanato que atiende a 19 niños.

Hace un día que Realyno llegó a Ouanaminthe desde Puerto Príncipe y lo primero que hace es visitar el colegio. Al verlo, los niños se cuadran delante de él como si fuera un general. Como están en vísperas del Día de la Bandera...

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