La segmentacion socioeconomica del espacio: la comunidad ecologica y la toma de Penalolen. - Vol. 34 Núm. 101, Abril 2008 - EURE-Revista Latinoamericana de Estudios Urbanos Regionales - Libros y Revistas - VLEX 60325754

La segmentacion socioeconomica del espacio: la comunidad ecologica y la toma de Penalolen.

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Resumen

Durante el año 2003 en la comuna de Peñalolén se produjo un conflicto urbano entre los integrantes de una comunidad ecológica y los habitantes de una toma (1) de terreno. Esta situación reactivó la discusión acerca de la segregación urbana y la voluntad de integración en la ciudad de sectores social y culturalmente diversos. Presentamos los resultados de un estudio cualitativo descriptivo, que tuvo como objetivos reconocer los aspectos contradictorios de la segmentación socioeconómica del espacio presentes en las opiniones de ciudadanos chilenos en torno al conflicto, y analizar los fundamentos sostenidos por los habitantes de la comunidad ecológica para rechazar la instalación de los pobladores en los terrenos aledaños a dicha comunidad. Los resultados confirman los supuestos sobre la ocupación del territorio urbano como mecanismo de maximización de utilidades y estrategia de distinción. También, la importancia de la motivación y la búsqueda de identidad en la elección del lugar donde habitar.

Palabras claves: segregación urbana, distinción, condominio cerrado, fragmentación, ciudadanía.

Abstract

During 2003, an urban conflict was generated between the members of an ecological community and the inhabitants of a land seizure settlement in the municipality of Peñalolen. This conflict resuscitated the debate over urban segregation and the desire for integration of diverse social and cultural groups in the city. We present the results of a qualitative and descriptive study which had the objectives of recognizing the contradictory aspects of socioeconomic segmentation represented in the opinions of chileans in relation to the conflict, also to analyze the basic arguments of the inhabitants of the ecological community in rejecting the use of sites bordering on the community by these new settlers. The results confirm assumptions about the use of urban land as a mechanism for utility maximization and a strategy of differentiation. Also important is the motivation and search for identity in the choice of place in which to settle.

Key words: urban segregation, differentiation, gated communities, fragmentation, citizenship

Introducción

El condominio privado ha sido asociado a la privatización y destrucción del espacio público que han ido experimentando las ciudades en los últimos decenios, poniendo en jaque para algunos urbanistas las condiciones de posibilidad de la convivencia e integración social en la ciudad (Giglia, 2003). Si bien Santiago no compartiría, en rigor, los rasgos de aquello que Manuel Castells (2004) llama las mega ciudades - por sus dimensiones y menor importancia sociopolítica y estratégica -- sí ha sufrido el impacto de las fuerzas de mercado que estructuran la distribución espacial de los grupos sociales en la ciudad, generando constelaciones discontinuas de fragmentos espaciales, piezas funcionales y segmentos sociales (Borja, 2003). De ahí que Françoise Choay proponga sustituir el término de ciudad por "urbano", para referirse a "espacios fragmentados y recíprocamente segregados" (Giglia, 2003, p. 3). De este modo, el "mosaico social" de la ciudad "comienza a transformarse y a mostrar formas de agrupamiento que rompen de alguna forma la tendencia a acumular en determinadas áreas a estratos socioeconómicos similares" (Hidalgo, 2003, p. 5). Se reconoce como principal señal de este fenómeno a los condominios cerrados y se plantea que estas modalidades juegan un papel decisivo en la reestructuración de las ciudades latinoamericanas (Sabatini, 2001).

Esta creciente privatización del espacio público puede ser analizada como una pérdida progresiva del derecho de todos a los bienes públicos. Si asumimos la ciudad como un bien público, en ella debieran cristalizarse los ideales de justicia e igualdad asociados a las democracias pluralistas modernas y traducidos en la existencia de ciudades de y para todos los ciudadanos. Este presupuesto ético/político nos instaría a reconocer en los condominios de la ciudad de Santiago expresiones de autosegregación sustentadas en la posibilidad que ellos brindan a sus habitantes de usar y gozar con exclusividad los espacios que constituyen el territorio comunitario y hacer efectivo un proyecto de vida que representa los intereses y las aspiraciones de quienes optaron por ser parte de él. En este artículo se postula que la cuestión de la autosegregación por la vía del condominio cerrado no constituiría una mera práctica individual o sectorial al servicio de la simple manifestación de gustos y/o preferencias de un grupo. Más bien, coincidiendo con Giglia, se vería como una estrategia orientada a la creación de espacios para la constitución de identidad y la búsqueda, explícita o latente, de diferenciación social mediante el uso del espacio urbano (Giglia, 2003).

Aunque la autosegregación no sería una estrategia solamente atribuida a los sectores medios o medio altos, el estudio se centró en el análisis de un caso representativo de aquello que la autora referida denomina espacios residenciales cerrados. Ellos se definen por las posibilidades de cierre y separación con el exterior, "generando una privatización o una reducción del espacio público" (Giglia, 2003, p. 7). El espacio público había sido hasta hoy día, según Simmel, el lugar del libre acceso y el libre tránsito. En los espacios residenciales cerrados, ello se pasa por alto, lo que permite demostrar el grado en el cual estos espacios y "sus barreras se han vuelto "naturales" en el paisaje y en la experiencia urbana" (Giglia, 2003, p.7).

Si bien la Concertación de Partidos por la Democracia, coalición gobernante en Chile desde el año 1990 hasta la fecha, adhiere a la fórmula del crecimiento con equidad, la concentración de la riqueza que exhibe el país, no solo por la vía del ingreso sino también por la desigualdad socioeconómica reflejada en la distribución de la pobreza por regiones y comunas, ha crecido. El Estado buscaría contrarrestar esta situación por el aumento del empleo que generaría el crecimiento económico y por el desarrollo de políticas sociales focalizadas hacia la pobreza y la exclusión social. La propuesta de política social de vivienda de la actual presidenta Michelle Bachelet podría representar un ligero giro de la política pública en este ámbito, al impulsar una serie de medidas que, junto con asignar viviendas, permitirían mejorar la calidad de las mismas y su integración a la ciudad. En esta dirección, se ha aumentado el monto de subsidio para lograr mayor superficie mínima (40 [m.sup.2]), creándose, además, un subsidio a la localización dirigido a la compra de terrenos al interior de la ciudad. Por último, se estaría tramitando una ley en el parlamento que permitiría una mayor regulación del uso del suelo, entre otras medidas (2). Este giro en la política social de vivienda, pone de manifiesto que la segregación urbana ha comenzado a llamar la atención de los gobiernos, en tanto se prevé que este tipo de ocupación del territorio tendrá consecuencias sobre la conformación de la ciudad presente y futura, no solo en términos urbanísticos, sino también, y fundamentalmente, en relación con la construcción de ciudad como espacio democrático.

Este artículo se inscribe en una perspectiva urbanística que entiende la necesidad de contacto social entre grupos social y culturalmente heterogéneos, como factor necesario y deseable para la construcción de una democracia pluralista. Esto supone un mínimo de tolerancia y aceptación de la cohabitación entre sectores, teniendo como referente ético/político la integración social, la posibilidad de ejercicio de derechos ciudadanos de primera, segunda y tercera generación, equidad en el uso del suelo urbano, goce de la infraestructura, hábitat y paisaje urbano, derecho a la belleza y acceso a áreas verdes. En resumen, la posibilidad no solo de disfrutar de una buena calidad de vida, sino también de vivir una vida de calidad.

La ciudad de Santiago

Existe consenso en la teoría social urbana en estimar la influencia de los modelos de desarrollo económico y social vigentes en cada período histórico sobre las formas de organización socio espacial, política y territorial de las ciudades y el tipo de actividades y funciones a las cuales sirve prioritariamente su diseño e infraestructura. J. Borja, en su libro La Ciudad Conquistada (2003), estima que el movimiento moderno asumido en una óptica más compleja de transformaciones sociales y ampliación de oportunidades, no acusa la misma simplicidad que el urbanismo funcionalista de los proyectos desarrollistas. La vinculación de dicho movimiento con la idea de un Estado representante y garante del bien común redundó en una preocupación por la vivienda masiva, la higiene y el paisaje urbano, que, junto a la importancia atribuida a las comunicaciones, fueron el reflejo de una visión productivista no especulativa de la ciudad y una preocupación por las condiciones y calidad de vida de la población trabajadora.

Coincidentes con esta perspectiva, Raposo, Raposo y Valencia (2005) destacan que las iniciativas emprendidas en Chile por el llamado Estado de Compromiso buscaron producir un espacio habitacional que organizara una modelación de la vida cotidiana que se desarrolla en el marco de un estatuto implícito de dignidad habitacional compatible con los requerimientos generados por la estructura social del industrialismo fordista, para sostener la reproducción de la fuerza de trabajo. La crisis del modelo industrial desarrollista nacional se expresó en la creciente expansión de los asentamientos irregulares urbanos y su correlato de contenciones establecidas como intervenciones programáticas del Estado (p. 3).

No obstante, la combinación entre las prioridades del modelo industrial capitalista en términos de actores estratégicos y la hegemonía de un pensamiento racionalista, determinó de manera significativa la intervención en la ciudad y la forma de dar respuesta a las necesidades sociales de los ciudadanos...

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