'Hay que entender que esto es un malestar mucho más profundo y más largo'
-Usted es uno de los miembros del Gobierno que ha estado más relacionado con gente vulnerable en Chile y en el extranjero, a través del Hogar de Cristo, América Solidaria y la fundación Fútbol Más. ¿Entiende la molestia que se hizo patente con el estallido social?-Sí, entiendo lo que pasa. Se han ido sumando muchas frustraciones y rabias en la gente por el modo que han tenido que vivir. Pero lo que no comparto es la forma, la violencia.Y Guillermo Rolando, actual subsecretario de Vivienda, cuenta una historia:-Hace unos meses me enteré que al día siguiente iban a ir a encadenarse al ministerio un grupo de comités de vivienda. Llamé a su celular a uno de los dirigentes y le dije: "Para qué te vas a encadenar, los espero en mi oficina a las nueve de la mañana". Cuando llegaron, al principio fue muy rudo todo, sus demandas, sus quejas, pero luego la conversación fluyó y logramos llegar a un acuerdo que beneficiaba a todos. Al final de la reunión les pregunté por qué decidieron encadenarse. Y la respuesta fue: "Es que sabe, subsecretario, nosotros a veces sentimos que si no dejamos la cagá, no nos pescan". Hasta hoy pienso en esa frase, porque el rol de las instituciones es abrir las puertas, solucionar, no que la gente tenga que llegar a esos extremos.Rolando sonríe:-Eso es lo que tratamos de hacer con el ministro en el Ministerio de Vivienda desde hace muchos años y creo que esa es una de las razones de por qué, tal vez, de todas las demandas dentro del estallido social, el de las viviendas, que tiene tantas necesidades y temas tan urgentes, no ha estado entre los más exigidos.Es domingo en la mañana y el subsecretario viene llegando desde Valdivia. Tomando un jugo de naranja en un café de Las Condes, cerca de su casa, cuenta que viajó al sur para finalizar un proceso con unos comités de vivienda.-Hace un mes me llama el director del Serviu de allá, porque habían apedreado nuestro servicio. Había cinco comités de distintas localidades que estaban muy molestos porque les habían prometido hace cerca de dos años la compra de sus terrenos, y siempre llegaba fin de año y nunca les compraban; entonces, la situación era gigante. Tuvimos una reunión en Santiago y estaban enojados, entonces empezamos a tratar de buscar las soluciones y encontramos las herramientas y dije: "Dennos 10 días para ver cómo lo resolvemos". Y lo hicimos. A mí me preocupaba mucho que saliera antes del 31, porque ya sabes cómo son las cosas.-¿Siente que eso pasa mucho en el Estado?-Sí, y es porque nos cuesta vincularnos. Las instituciones están de un lado y las personas de otro. Entonces aquí hay un punto que hay que recoger: no es posible que nos tengan que apedrear para que salga algo que se está pretendiendo desde hace dos años. Porque si hay un compromiso de mucho tiempo y pasan y pasan los años, y no se logra, genera frustración.-¿Va a votar sí o no en el plebiscito de abril?-Yo aplaudo todo este proceso que ha habido, de que si es o no necesario tener una nueva Constitución. Y yo, a priori , estoy absolutamente de acuerdo con que haya una nueva Constitución. ¿Cuál es el procedimiento? Hay que ver, pero sí, creo que es necesario tener una nueva Carta Magna en la que se sienta representada la sociedad.Guillermo Rolando, 44 años, nació en Coya. Su padre era ingeniero hidráulico de la mina El Teniente.-Vivía en una de las poblaciones que tenía Codelco en los cerros. El lugar estaba dividido por cerros: el cerro de los gerentes, el de los supervisores, el de los trabajadores. Nosotros vivíamos en la parte de los profesionales -recuerda.Estudió en la Escuela E29 de Coya y después entró a un colegio particular de Rancagua. Hasta allá llegaba en un bus que ponía Codelco para todos los hijos de sus funcionarios.A los 9 años su familia se fue a vivir a Rancagua.Cuenta que era buen alumno, pero el colegio no era lo que más le importaba: su pasión era el fútbol.-A mi...
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