Encuentro en el CEP: un acercamiento humano - 11 de Octubre de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 584634342

Encuentro en el CEP: un acercamiento humano

La política es lenguaje de gestos. La comprensión de aquello permite una evaluación justa del encuentro del jueves entre la Presidenta de la República y algunos de los más destacados empresarios del país, con motivo del aniversario del Centro de Estudios Públicos.

Era irreal esperar de esa cita más noticia que la implicada en su propia realización. Particularmente cuando, producto de la insistencia del Gobierno por impulsar un programa reformista que cuestiona pilares de una estrategia de desarrollo exitosa, el país vive niveles de crispación que no se observaban desde hacía décadas y una situación económica difícil, en que malas decisiones internas se han sumado a un complejo escenario internacional. A ello se agrega una grave crisis de la confianza pública y una tensión social cuyos efectos la misma autoridad sufrió esta semana, al enfrentar los paros ilegales del Registro Civil -donde cabe reconocer la decisión de aplicar descuentos por los días no trabajados- y de una institución jerarquizada y armada, como es Gendarmería. A su vez, los anfitriones, el mundo empresarial, han resentido el impacto de una reforma tributaria cuya incoherencia ha obligado a la propia autoridad a modificarla antes de su plena vigencia, y la perspectiva de una reforma laboral transversalmente cuestionada.

Evidentemente, pues, la magnitud de los problemas acumulados supera en mucho los alcances de una reunión como la del jueves. Precisamente por ello era natural que todos los participantes se esforzaran para que la conversación se desarrollara en un ambiente de distensión, de acuerdo con un libreto que no abordó aspectos medulares. Así, no hubo una confrontación de ideas respecto de políticas públicas que suscitan aguda división. En cambio, la Mandataria pudo desplegar con comodidad aquellos atributos de empatía con los que construyó su capital político, y sostener un discurso en que valoró el diálogo, aunque insistiendo en su convicción respecto de las reformas que impulsa y advirtiendo que dicho diálogo no significa "dejar contentos a todos". Los empresarios -pudiendo haber replicado que ese "no dejar contentos" debería incluir también a los grupos de presión de izquierda- evitaron entrar a los temas más conflictivos de la coyuntura, como los referidos cambios laborales, realizando planteamientos más bien abiertos, genéricos y de buena crianza.

Un espectador exigente podría tal vez lamentar la ausencia de resultados más específicos en una reunión que suscitó...

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