Empleo con apoyo fiscal se multiplica por siete y alcanza el nivel más alto en diez años
Se sabía que llegaría, pero no cuándo. Con tasas de crecimiento bordeando el 2% por ya casi dos años y una prolongada caída de la inversión, era inevitable que la desocupación comenzara a reflejarse en las estadísticas. Y así ocurrió. El 25 de abril, la Universidad de Chile informó que el desempleo en el Gran Santiago saltó de 6,8% a 9,4% en marzo, su mayor nivel en seis años.
La reacción no se hizo esperar y la ministra del Trabajo, Ximena Rincón, dijo que el ajuste fiscal de US$ 540 millones anunciado por el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, era una posible causa de esa violenta alza. El encargado de las finanzas públicas no dejó pasar el emplazamiento y aseguró que el argumento de la ministra era "completamente equivocado" y que no había ninguna base para afirmar que un ajuste fiscal tan pequeño fuera responsable de un aumento del desempleo de esa magnitud.
Más allá de este impasse , las cifras no dieron tregua y, a fines de mayo, el INE también dio cuenta de un deterioro del mercado laboral, esta vez a nivel nacional: la desocupación pasó de 6,1% a 6,4% para el trimestre móvil febrero-abril, con cinco regiones del país por encima del 7% de desempleo y Atacama bordeando el 10%.
¿Tiene algo que ver en todo esto el ajuste del cinturón impulsado por Hacienda? Según las cifras, claramente no. Por el contrario, el empleo con apoyo fiscal viene creciendo a tasas inusualmente altas, al grado que nunca antes en la historia reciente del país hubo tantas personas trabajando, directa o indirectamente, gracias a la inversión estatal.
Cifras de la Dirección de Presupuestos (Dipres), correspondientes a marzo de 2016, dan cuenta de que 564.275 personas se desempeñan en trabajos que dependen directa o indirectamente de la billetera del Estado. Esta cifra representa un alza de 11,5% respecto a los 506 mil de estos puestos que se registraron en marzo de 2015 y es siete veces mayor a los 76 mil puestos que se observaron en el mismo período de 2006, cuando recién se iniciaba el primer gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet.
Pese a esto, la caída de la inversión por tercer año consecutivo y el deterioro del mercado laboral han llevado a sectores de izquierda de la Nueva Mayoría a presionar por una mayor injerencia del fisco en la generación de puestos de trabajo, idea que a la oposición y a los sectores liberales de la Nueva Mayoría no les convence del todo. Entre otras razones, por la dudosa productividad de estos trabajos y, segundo, porque las...
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