Elecciones en EE.UU.: escenarios para un país polarizado - Núm. 323, Diciembre 2020 - Revista Libertad y Desarrollo - Libros y Revistas - VLEX 852439224

Elecciones en EE.UU.: escenarios para un país polarizado

AutorAlejandra Cox
CargoEconomista y Consejera LyD
Páginas14-15
libertad y desarrollo | lyd.org
Joe Biden derrotó a un Presidente
candidato a reelección. Esto no es
menor en la historia de EE.UU. Sin
embargo, al contrario de la mayoría
de los casos en que esto ha sucedi-
do (FDR en 1932, Reagan en 1980, y
Clinton en 1992), esta elección no fue
contundente. El resultado estrecho es
especialmente problemático este año
porque el Presidente Trump se resis-
te a reconocer su derrota y su actitud
beligerante acarrea a un gran numero
de republicanos que votaron por él y
que, además, creen en las conspira-
ciones e imaginan la posibilidad de
mantener a Trump en la Casa Blanca.
Los resultados de la votación sorpren-
dieron al electorado, a los medios
y comentaristas. Los post mortem
abundan y los mea culpa de los que
hacen encuestas no convencen. Lo
central es que EE.UU. poco a poco se
ha convertido en una nación profun-
damente dividida; una en la cual las
“conversaciones” de política tienen
menos contenido analítico y más rabia
contra un partido o el otro; rabia contra
lo que se supone los partidos repre-
sentan; falta de tolerancia; y tendencia
a enjuiciar. Atrás ha ido quedando el
EE.UU. que conocí en los 70. Percibía
entonces un ambiente más amable,
paciente con los extranjeros, curioso
con el vecino y confiado en la buena
fe de los demás.
Ha habido enormes cambios en el
corazón de cada partido. Ahora el
Republicano es el partido de los
hombres blancos sin educación
universitaria. El partido Demócrata
había sido el partido de la clase traba-
jadora, los que tomaban cerveza,
pero ahora es el partido de los profe-
sionales que viven en las afueras de
los centros urbanos. La población en
edad de votar creció en 17% desde el
2000. Un 39% de ese aumento corres-
ponde a hispanos, los cuales, en
combinación con los afroamericanos,
asiáticos y otras minorías, representan
76% del aumento total, dejando sólo
un 24% para los blancos.
El grupo de nuevos votantes hispanos
es muy joven, cerca del 80% cumplió
18 después del 2000. Aun cuando un
número importante de ellos mostraba
disposición a votar en las presiden-
ciales, el acto de votar, que es tanto
o más decisivo que el voto mismo,
complica los esfuerzos por predecir
el resultado final. Las mujeres votaron
56-43 por Biden, mientras que los dos
candidatos casi empataron entre los
hombres. Los jóvenes menores de 30
y los de ingresos bajos votaron menos
por Trump que en 2016, mientras
que el Presidente ganó apoyo entre
los votantes de ingresos anuales por
sobre $ 100 mil.
Esta vez, cerca de 150 millones de
americanos votaron, lo que represen-
ta un 66% del electorado, la más alta
votación del siglo. Lo que se temía
sería un desastre, no fue tal. Muy por
el contrario, el comportamiento de los
votantes, y el de los miles de perso-
nas que trabajaron tanto en el diseño,
como en el conteo de esta elección
por correo, nos deja orgullosos de
nuestro sistema electoral. Lo cierto es
que las 16 demandas legales impug-
nando los resultados por parte de la
campaña de Trump se fueron disol-
viendo en nada.
El partido demócrata sigue contro-
lando la Cámara de Representantes.
Sin embargo, hasta el domingo 22
de noviembre, los republicanos les
habían ganado 11 sillas, mientras que
los demócratas sólo habían logra-
do tomar 3 de los republicanos. Este
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Elecciones en EE.UU.:
escenarios para un
país polarizado
La columna de | Alejandra Cox | Economista y Consejera LyD

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