La educación en la propuesta de nueva constitución
TEMAS PÚBLICOS
www.lyd.org
Nº 1547 -2
10 de junio de 2022
ISSN 0717-1528
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LA EDUCACIÓN EN LA PROPUESTA DE NUEVA
CONSTITUCIÓN
El Pleno de la Convención concluyó el texto que ahora será trabajado por la Comisión
de Armonización para resolver aspectos de forma -no así de fondo- y, por lo tanto, ya
hay una propuesta final que puede ser objeto de análisis. En materia educativa, tal como
la Constitución actual, se establece el derecho a la educación y se define un sistema
educativo a través del cual deberá materializarse. Sin embargo, también se introducen
una serie de normas relativas al funcionamiento y financiamiento de éste que distan
mucho de la situación actual, varias de las cuales podrían representar una importante
amenaza o, en el mejor de los casos, causar incertidumbre a quienes hoy son gestores
de proyectos educativos en todos los niveles, así como a las familias que hoy optan por
ellos en búsqueda de una educación de calidad que los identifique.
AMENAZA A LA EDUCACIÓN PRIVADA Y A LA LIBERTAD PARA ELEGIRLA
El texto propuesto por la Convención amenaza el desarrollo y continuidad de la
educación particular subvencionada y en general de proyectos distintos al estatal, así
como también a la posibilidad de que las familias chilenas puedan acudir a ellos.
En primer lugar, porque se excluyó el rol preferente de los padres en la educación de
sus hijos, lo que se contrapone con la preeminencia que se otorga al Estado y a los
profesores en la educación.
• La propuesta de nueva Constitución amenaza o , en el mejor de los casos, deja en la
incertidumbre a los dos millones de familias que eligen la educación particular
subvencionada y al millón que asiste a una institución de educación superior no estatal.
• Esto, principalmente porque se rechazó la libertad para crear y gestionar
establecimientos educativos distintos al estatal y porque tampoco se garantiza que
quienes opten por ellos reciban el financiamiento público que hoy se les entrega.
• La propuesta de nueva Constitución representa además una amenaza a la calidad
educativa, partiendo de una definición taxativa pero ambigua de ésta, imponiendo
exigencias que crearán burocracia y menor flexibilidad en la gestión de la educación,
poniendo el foco en el financiamiento de lo estatal aunque sea ineficiente, y
anteponiendo a grupos de interés como los profesores por sobre los propios estudiantes
y el nivel de la enseñanza que estos reciban.
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