El duelo de pruebas que encenderá el juicio por el crimen de los Luchsinger - 27 de Agosto de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 692191509

El duelo de pruebas que encenderá el juicio por el crimen de los Luchsinger

Al verla entrar, Peralino dio vuelta la cara y comenzó a pasearse. La mujer, en cambio, tomó ubicación en una banca y lo miró. De soslayo, pero en forma penetrante.

Linconao, como otros nueve comuneros, está imputada por el doble homicidio, en buena medida, a raíz de las confesiones que rindió Peralino ante detectives y fiscales, el 8 de noviembre de 2013 y el 23 de octubre de 2015, respectivamente.

En aquellas declaraciones, el hombre se autoincriminó. Y hoy integra el grupo de 11 mapuches que desde el lunes enfrentan el segundo juicio por el atentado que costó la vida a Werner Luchsinger y su esposa Vivianne Mackay, en Vilcún, la madrugada del 4 de enero de 2013.

Las audiencias se sucederán por casi dos meses. Y culminarán con la dictación de un fallo por parte del tribunal que encabeza el juez José Rau (ver relacionado).

Hasta entonces, la machi, Peralino y los demás acusados "desfilarán" ante los magistrados, junto a policías, testigos y peritos.

Por lo pronto, Linconao alegó inocencia y dijo no entender por qué se le acusa. Un carabinero, en tanto, contestó preguntas acerca de la desgarradora llamada que Vivianne Mackay hizo al 133 para pedir ayuda antes de morir. Cuando su esposo ya estaba herido. Y la casa de Vilcún ardía por los cuatro costados (ver recuadro).

El presente juicio se suma al que enfrentó en febrero de 2014 el machi Celestino Córdova, quien hoy purga una pena de 18 años de cárcel por los homicidios.

Fiscalía: "Quemados vivos por el actuar de los acusados"

Junto a los querellantes, el Ministerio Público intentará probar que el agricultor y su esposa "fueron quemados vivos por el actuar de los acusados", como expuso el fiscal Alberto Chiffelle en su alegato de apertura.

En las antípodas, las defensas de la machi y los comuneros buscarán desvirtuar esos argumentos. Y probar que sus clientes no tuvieron participación en los crímenes.

Durante las audiencias, se prevé que las intervenciones de ambas partes apunten de modo recurrente a Peralino. Quien sigue siendo una hebra clave en la madeja que intentan desenmarañar los jueces Rau, Patricia Abollado y Luis Torres.

La gravitación del comunero se relaciona con sus confesiones de 2013 y 2015. "No aguanto más el cargo de conciencia", dijo en la segunda de ellas. Antes de inculparse e incriminar a los otras diez personas, al desplegar un puntilloso relato del atentado.

Pero su rol clave se relaciona, a la vez, con una tercera declaración. La que prestó en marzo de 2016, cuando se desdijo. Argumentando que se había enredado en el caso a partir de una "broma" y de supuestas presiones de la policía.

El "factor Peralino", como ya lo denominan en la causa, se hizo patente el martes. Cuando su propio representante, Pablo Ardouin, de la Defensoría Penal Pública, puso indirectamente en duda la credibilidad de su cliente. Lo que, a fin de cuentas, "salpica" sus tres testimonios.

Ardouin dijo puntualmente que Peralino es una persona "vulnerable". Con escasa educación. Y cuya edad mental puede equipararse a la de un "niño de 12 años".

El Ministerio Público, sin embargo, insistirá en validar sus confesiones. No solo bajo el argumento de que su capacidad mental se encuentra dentro de los rangos de la normalidad. Sino también, considerando que aquellas declaraciones, especialmente la de 2015, tienen un total correlato con la escena del crimen. Así como con otras evidencias reunidas durante la investigación.

La Defensoría Penal Pública de La Araucanía declinó anticipar la estrategia...

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