Las dos almas de la Reforma procesal penal - Aspectos que tensionan y presionan la demanda de cambios en la justicia penal y el control del delito - Un nuevo tiempo para la justicia penal. Tensiones, amenazas y desafíos - Libros y Revistas - VLEX 654664229

Las dos almas de la Reforma procesal penal

AutorMaría Angélica Jiménez - Tamara Santos - Paula Medina
Páginas255-257
CAPÍTULO VI | ASPECTOS QUE TENSIONAN Y PRESIONAN LA DEMANDA DE
CAMBIOS EN LA JUSTICIA PENAL Y EL CONTROL DE DELITO
255
A. LAS DOS ALMAS DE LA
REFORMA PROCESAL PENAL
Con el retorno a la democracia en Chile desde 1990 hubo un enorme esfuerzo
de los sectores democratizadores del país para ampliar y fortalecer el estado
de derecho y la democracia conforme a estándares internacionales de dere-
chos y buenas prácticas. En esta línea se acometió la renovación del pensa-
miento penal y la modernización organizacional, gerencial, funcional y pro-
fesional en las diferentes instancias del proceso penal.
En este horizonte, la Reforma procesal penal implicó la necesidad de renovar
el sistema de justicia criminal inquisitivo dando lugar a uno más moderno,
ágil y que estuviera a cargo de solucionar los conf‌lictos penales más graves.
Suscribir este modelo implicó el enorme desafío de convivir con una cultura
de pensamiento penal de raíz romana y una cultura legal de raíz sajona, en la
que la gestión, los procedimientos y la lógica de resolución de los conf‌lictos
cambia las reglas del modelo de justicia, de los actores, de sus funciones y
tareas y de las facultades en general que estos adquirían en sus par ticulares
culturas laborales.
De la convivencia de estos dos modelos culturales emanan las dos almas con
la cual nace impresa la Reforma procesal penal: la garantista y la ef‌iciencia.
La garantista, heredada de la tradición liberal de la Europa continental ins-
crita en los derechos, principios y garantías que conf‌iguran el debido proceso,
que limitan el poder punitivo, y que concibe el castigo penal como un medio
para cumplir el f‌in de la reinserción social de quien ejecutó un delito y ha
sido consecuentemente condenado a una pena.
La línea de la ef‌iciencia, inscrita en la tradición sajona liberal y concebida en
nuestro caso como un medio de economía procesal para disminuir los altos
costos sociales y económicos del sistema penal y para hacer más accesible,
oportuna, ágil y de buena calidad la justicia a los usuarios, tanto imputados
como víctimas.
Con respecto a la línea de la ef‌iciencia, en los primeros años de vigencia de
la Reforma procesal penal, esta tuvo un lugar privilegiado. Por un lado, a través

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