El difícil rescate de los recién nacidos que consumieron droga en el vientre materno
No pudieron elegir. Sus mamás, antes de embarazarse y en plena gestación, ignorantes del daño, siguieron adelante con sus adicciones, principalmente, a la pasta base de cocaína o "pebecé".
Ahora, tanto ellas como sus pequeños hijos afrontan en distintos grados el "síndrome de abstinencia", con las respuestas del cuerpo cuando se corta la droga, en una casa de acogida de la Corporación La Esperanza, ubicada en un apacible barrio de Rancagua.
Estas madres son mujeres que traen historias de vida en la calle, baja escolaridad, abandono, maltrato, abusos sexuales, violencia, delitos y pobreza. Un equipo de profesionales (psicólogos y terapeutas) se encarga de contenerlas y tratarlas para que puedan ejercer su maternidad con estos "hijos de la droga", que suelen crecer con dificultades neurológicas, psicomotoras y cognitivas, entre otras.
Ellas hicieron un compromiso con el programa "Naciste Tú", un proyecto piloto y pionero en Chile, que atiende un problema que impacta a la infancia y va en aumento, a la par con el tráfico y consumo de drogas.
Lo que se busca es rescatar a estas mujeres y a sus hijos durante el embarazo o una vez que dan a luz en hospitales de Santiago o Rancagua. El programa emerge como una salida distinta: una "medida de protección" ante los tribunales de familia, para evitar que estas guaguas vayan directo al Sename donde no serían tratados ni generarían un vínculo de apego con sus madres, explica Ana Luisa Jouanne, directora ejecutiva de la Corporación La Esperanza. "Varias de estas mamás no van a ningún control y solo las detectamos cuando llegan al parto", dice.
El foco del proyecto, que tomó metodologías de Brown University , se centra en el niño para tratar su síndrome de abstinencia neonatal, pero también en rehabilitar en paralelo a su madre y prepararla para insertarse en el mundo laboral o de estudios. La atención es personalizada, caso a caso, y se realiza un monitoreo constante de los bebés.
Ella acompaña a su hijo en todo el proceso, mientras transcurre el propio, que se extiende por un año en un régimen residencial y luego otro de seguimiento ambulatorio.
Las mamás se integran en una comunidad terapéutica, donde cada hijo tiene una cunita en el dormitorio junto a ellas. Además, tienen acceso a diversos talleres de capacitación como costura, computación y apresto laboral para su futura reinserción laboral.
Apenas llegan los recién nacidos son evaluados por el equipo de profesionales antes de cumplir siete días de vida, lo que se hará nuevamente a los 45 días, explica Katherine Espinoza, terapeuta. Según describe se trata de guaguas que presentan una gama de síntomas: lloran sin consuelo, no logran autorregularse, son muy irritables o somnolientos, exhiben signos de rigidez muscular o bien, una tonificación tan baja que les cuesta sostener la cabeza y su desarrollo...
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